Un verdadero gitano

El Beato Ceferino Jiménez Malla, el Pelé, nació en Benavent de Segriá (Lleida) en 1861. Era de raza gitana. Murió fusilado en Barbastro (Huesca) el 9 de agosto de 1936, en la persecución religiosa desatada con motivo del inicio de la Guerra civil española. La mayor parte de su vida trabajó como tratante de ganado. Casó con Teresa Jiménez Castro, también calé, pero el matrimonio no tuvo hijos. Perteneció a la Orden Tercera Franciscana, a las Conferencias de San Vicente de Paul y a la Adoración Nocturna de Barbastro. Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II, en Roma, el 4 de mayo de 1997.

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Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 CEE.Pastoral del Pueblo Gitano
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Leemos en el Evangelio que "el Espíritu sopla donde quiere, tú oyes su voz pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo el que ha nacido del Espíritu". De las miles de víctimas de la persecución religiosa desatada en España con motivo de la Guerra civil, el segundo laico beatificado fue un hombre, un gitano, fusilado en Barbastro (Huesca) juntamente con el Obispo de la Diócesis y varios sacerdotes y religiosos. Se llamaba Ceferino Jiménez Malla y le llamaban el Pelé. La familia de Ceferino fue como tantas otras de su raza: itinerante entre Lérida y Huesca, siempre cerca de las poblaciones que celebraban feria. Nunca fue a la escuela y no sabía leer ni escribir. Su padre les abandonó cuando Ceferino tenía 21 años y un hermanito casi recién nacido del que el Pelé hizo de padre. Casado con una gitana, Teresa Jiménez, el matrimonio se asentó en Barbastro. Se dice que a Teresa le gustaba presumir con sus grandes pendientes de oro, peinetas y mantones de Manila. ¿Qué hizo a Ceferino tan distinto de todos aquellos que le rodeaban? El libro sólo nos da una pista: "De sus padres, que venían de Cataluña, había aprendido algunas oraciones en catalán y en sus devociones personales utilizará siempre el catalán antes que el castellano". Quizá esas oraciones, aprendidas de niño, habían penetrado en su alma para que, en medio de la pobreza y las dificultades, se conformara cada vez más con la voluntad de Dios hasta el sacrificio de su vida. Su biógrafo nos cuenta que Teresa Jiménez trataba en Barbastro a doña Dolores Albás, madre del fundador del Opus Dei, y que ella les animó a contraer matrimonio por la Iglesia además del matrimonio gitano por el que Teresa y Ceferino llevaban muchos años unidos. En un momento de su vida Ceferino fue encarcelado en El Vendrell (Tarragona) acusado de robar una mula. Dado que ya estaba en la cárcel y en la zona se habían denunciado otros robos de mulas, el Pelé fue imputado también por esos otros delitos. Fue absuelto, pero, para pagar al abogado y la fianza, Ceferino tuvo que vender su casa. Años más tarde el fundador del Opus Dei, barbastrino como el Pelé, hablaba sobre la sinceridad que se debe vivir en el sacramento de la penitencia. Decía: "No hagáis como aquel gitano que se fue a confesar: Padre cura me acuso de haber robado un ronzal -poca cosa ¿verdad?- pero al ronzal iba atada una mula y a esa otro ronzal y al ronzal otra mula y así hasta diez". "Yo quiero mucho a los gitanos" –aclaraba. Se acordaba quizá de la historia de su paisano Jiménez Malla al que las mulas llevaron a la cárcel… una detrás de otra.