Siete relatos que son una defensa de la libertad y de la dignidad de la persona ante los abusos del poder, de la intolerancia, del fanatismo. Seis se desarrollan en torno a la revolución bolchevique y uno sobre la inquisición en Francia en el siglo XIV. Hay idealistas, traidores, oportunistas, cobardes, en ambientes de terrible opresión descritos con enorme precisión.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2006 | El Acantilado |
185 |
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Regresa al mercado español una de las obras fundamentales de la literatura yugoslava del siglo XX. Se reúnen aquí siete relatos del serbojudío Danilo Kis sobre los mecanismos del terror estalinista, constituyen siete capítulos de una misma historia, la de una revolución que, para autorregenerarse sin cesar, devora a sus propios hijos. Con cada cuento, Kis da cara y voz a una serie de vidas individuales subsumidas en el ciclón de la historia, un ciclón que en Europa Central y del Este engulló a las masas anónimas. Los siete relatos son, pues, otras tantas biografías concretas y particularizadas, y en ellas el narrador reconstruye y rehace a la inversa el camino de despersonalización, tergiversaciones y olvido por el que la maquinaria totalitaria ha ido despeñando a los protagonistas. El cuento que da título a la colección escenifica a la perfección el juego de tensiones entre el poder y la ciudadanía en el antiguo bloque soviético: el revolucionario Boris Davidovich, encerrado en un agujero inmundo, torturado y vejado, ha resuelto al menos morir con dignidad y cerrar así limpiamente su biografía, pero su diabólico captor encuentra la manera de manchar su currículum, y le arranca una confesión falsa que de paso mantiene incólume el sistema. Cada relato refleja un caso de mendacidad, un ejemplo de barbarie ejecutado con quirúrgica precisión, y en el similar modo de consumarse cada destino, el escritor distingue el recurrente sonsonete de la historia, que recomienza una y otra vez.
Danilo Kis es un gran escritor. Estos siete relatos son duros, por lo que cuentan (los abusos de fanatismo y de las ideologías que se tragan a sus propios impulsores y denigran al hombre), magníficamente escritos, con gran objetividad, con recursos (citas, fuentes...) que dan al conjunto un tono casi de acta notarial. El autor no juzga, desaparece y deja al lector que saque las consecuencias. Cuando se publicó en 1976 en la ex-Yugoslavia, fue un escándalo por su devastadora visión del comunismo. Como señala Joseph Brodsky en el prologo, el libro vale para todas las épocas, pues es una metáfora de los abusos cometidos por el afán de poder y por la intolerancia.