En 1918, una familia americana se ve afectada por la epidemia de gripe que asoló el país. La obra encierra una profunda dimensión humana por la forma sobria y digna con que los personajes asimilan la adversidad y por la intensidad del cariño que les une.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2006 | Libros del Asteroide |
203 |
Título original: They Came Like Swallows. Traducción: Gabriela Bustelo. Prólogo: Edmundo Paz Soldán. |
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2008 | Debolsilllo |
207 |
978-84-8346-744 |
Traucción de Gabriela Bustelo Colección: Contemporánea |
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William Maxwell escribió
William Maxwell escribió numerosos artículos y varios libros antes de comenzar a trabajar en el cargo que le hizo famoso, como jefe editor del The New Yorker, encargado de seguir a escritores de gran renombre en los Estados Unidos, como Nabokov, Updike y Salinger. Hay quien considera su influencia decisiva en la creación del llamado «estilo norteamericano», del que este libro es un buen ejemplo.
Con elementos autobiográficos, como la muerte temprana de su muerte, Maxwell relata en este libro el trágico destino de una familia con dos hijos durante la epidemia de la llamada gripe española en 1918. La descripción de hechos sencillos para componer un mosaico se reparte entre tres perspectivas diferentes: la de los dos hermanos y la del padre.
Más que lo que sucede en la novela, que es relativamente poco, destaca el modo de relatar, con ese estilo lineal, sin adornos lingüísticos innecesarios pero con descripción de detalles que ayudan al lector a percibir la obra literaria con los ojos del autor.
Libro recomendable
Pequeña novela llena de
Pequeña novela llena de estilo (pienso a veces en la importancia de un buen traductor) al tiempo que sencilla en la que relata el día a día de una familia normal y llena de cariño. El sufrimiento no les cambia su forma de vida.
Obra maestra. Un tratamiento de los personajes muy humano, donde cada cosa que te cuenta es importante, es de una belleza sutil. Acabas de leer el libro y te das cuenta de que te ha dejado una huella muy profunda. Este tipo de libros son de los que te reconcilian con la lectura.
Bellísima novela. ¿Por qué? Quizás por su sinceridad. Sin duda, desde el punto de vista estilístico recuerda a Al Faro, de Virginia Wolf; ese examen a fondo de una mujer extraordinaria realizado desde diversos puntos de vista no es lo original de la novela, ni su punto fuerte, la calidad de la escritura de la inglesa es muy superior. Sin embargo, hay una suerte de hechizo en esta mujer, y en los personajes que nos van desvelando poco a poco y parcialmente su importancia que llama la atención.
Cuando william Maxwel tenía diez años murió su madre. El editor de Salinger y O`Connor también escribió novelas, probablemente (siguiendo a Vargas Llosa) para exorcizar esos demonios, creando una nueva "realidad ficticia" a partir de una "realidad real". Partiendo de este punto continuamos con la crítica. Pongamos que Bunny es el niño que era Maxwel cuando murió su madre. Robert sería el adolescente problemático (todo novelista es problemático en esencia) que fue el autor huérfano al poco de fallecer ella. James, el padre, es el novelista que intenta entender qué pasó, que trata de saber qué tiene que hacer ahora sin su mujer.
Maxwel podría estar haciendo un strep-teasse (no estoy muy seguro de que se escriba así pero no pienso comprobarlo en internet) a la inversa, seguimos con la terminología vargasllosiana. El disfraz, para mutar esa realidad en una fantasía, quizás mejorada, consiste en desdoblar al niño huérfano de diez años, al niño huérfano ya adulto. No lo sé, pero esta novela suena muy sincera. Un canto a la madre. Un canto sin duda merecido.
Y por seguir con el método crítico de Vargas Llosa, debería explicar mi relación personal con la novela. La empecé a leer hace unos días. En medio, falleció la madre de un alumno. Puedo decir que la novela me ha tocado mucho, me ha llegado muy dentro. Me ha ayudado a entender muchas cosas. Os pido oraciones por la madre, y por toda la familia (los más de dos niños, el marido...) Debía ser una mujer extraordinaria, de eso no me cabe la menor duda.
Coincido plenamente con la reseña de Ángel Cabrero, este libro es una joya, una obra maestra. La grandeza de lo cotidiano, el valor del matrimonio y de la maternidad visto por quienes reciben los frutos del amor, de la generosidad. Por el tema, era fácil caer en lo melodramático, pero el autor consigue sortear este peligro a base de una enorme sabiduría narrativa y de un estilo lleno de detalles en los que no falta el humor. Un libro para todos los hogares.
Vinieron como golondrinas.
Vinieron como golondrinas. Todavía no he descubierto el por qué del título. Me ha parecido urgente decir algo, coger la pluma, al terminar el libro. Es como la piedra tirada en el lago: se forma un círculo y luego otro, y otro. Aquí son tres, nada más. El primero, el círculo de Bunny, el hijo pequeño, arrastra al corazón de una familia. Se percibe la sensibilidad maravillosa de una mujer, de la madre. El segundo círculo, el de Robert, el hijo mayor, permite ver desde encima, una perspectiva global, más completa. El tercer círculo, el del marido, traslada a las profundidades del amor conyugal único. Hay tres puntos de vista y un tesoro. ¿Cómo se puede dibujar el alma femenina, madre-esposa, sólo con los sentimientos de quienes la ven? Ni una descripción queda en la memoria. Bastan tres puntos de vista íntimos para aportar todo el relieve. Leer artículo 1 >>, leer artículo 2 >>