Los tiempos que corren son más amigos de lo políticamente correcto y de lo plausible que del conocimiento de lo verdadero; son amigos de la opinión antes que de la sabiduría.
La presente obra pretende ser una respuesta frente a ese abandono.
En primer lugar, por su afán de fijar un vocabulario básico a partir del cual se pueda llevar a cabo un diálogo enriquecedor: si no hay acuerdo en lo que significan las palabras, el lenguaje se hace imposible. Pero no se limita a ser un diccionario: las Voces filosóficas son, en sí mismas, filosofía.
Por ese motivo, el autor invita a que cada párrafo de esta obra se convierta en una ocasión de pensar, y va abriendo temas de debate que deberían continuar en la mente, en la conversación, de los lectores. Muchas de estas Voces han nacido en la experiencia docente, dentro de esa experiencia viva que es una clase. Por eso, y por lo cuidado de la prosa, la lectura se hace ágil