Los tiempos que corren son más amigos de lo políticamente correcto y de lo plausible que del conocimiento de lo verdadero; son amigos de la opinión antes que de la sabiduría.
La presente obra pretende ser una respuesta frente a ese abandono.
En primer lugar, por su afán de fijar un vocabulario básico a partir del cual se pueda llevar a cabo un diálogo enriquecedor: si no hay acuerdo en lo que significan las palabras, el lenguaje se hace imposible. Pero no se limita a ser un diccionario: las Voces filosóficas son, en sí mismas, filosofía.