Harto de cubrir el aburrido pie de un funcionario de Correos, un calcetín se escurre del tendedero y vive diversas aventuras, unas felices, otras peligrosas, hasta que lo emparejan con un calcetín destinado al sexo femenino. Es ésta una original historia, mitad romántica, mitad humorístico, imaginativa y bien escrita.
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Se cuenta una historia en un marco realista con personajes alejados de ese género. Corre un riesgo, que asume, tomando como protagonista a una prenda anodina de puro cotidiana, imaginando aventuras con un personaje gris, oscuro, que no tiene ninguna capacidad de movimiento; un personaje por otra parte, inconformista, que elige el riesgo antes que la seguridad. Es un “ser” solitario, idealista, romántico, pero arriesgado y tenaz; intenta dar sentido a su vida, mira con asombro el mundo que va descubriendo: lógicamente con una mirada de calcetín. El título -que puede parecer trágico- no da pistas sobre el final, esperanzador, abierto a la vida y al amor; puede confundir también al lector cuando al principio del libro dice “la idea de tirarme (...) no es nada nueva, ni ha sido un arrebato, ni nada parecido. Lo tenía muy, pero que muy pensado: quería cambiar de vida.” Lo mismo ocurre con la frase de la autora: ”Y porque se arriesga a morir comienza realmente a vivir” que bien entendida puede llevarnos de la mano a rectificar en la vida: cuando se cierra una puerta, se abre otra. Invita a vivir con intensidad el minuto presente, sin anclarse en el pasado, sin temer al futuro.
La historia la cuenta el propio protagonista. Hay descripción y diálogo. El vocabulario es correcto para la edad a la que se dirige el libro. Inserta, a lo largo de su historia, dichos y refranes populares.Los dibujos son reproducidas en dos tintas (ocre y negro), suficientes en número, y expresivas. Gustará a partir de 10 años.