En la Palabra de Dios reside una sabiduría que da sentido a la vida humana y que abre ya en este mundo el horizonte de la eternidad. Sin embargo, es una sabiduría oculta, porque frecuentemente la tenemos postergada y apenas nos acordamos de ella. Esta sabiduría nos dice que Dios habita en lo más profundo de nuestro ser (pues somos su imagen y semejanza) y es más íntimo y próximo a nosotros que nosotros mismos, en palabras de San Agustín. Este libro no dice nada extraordinario, tal vez algo novedoso a quienes no tienen una idea clara del Evangelio. Pero, ante todo, pretende ser una invitación a descubrir una sabiduría evidente que los hombres hemos ocultado, una invitación a saborear el conocimiento y el amor de Dios y a dejarse llenar por Él para que su Palabra ilumine y transforme nuestra vida; por eso, es también una invitación a hacer que la lectura diaria de la Palabra de Dios se convierta en un hábito.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2005 |
264 |
Subtítulo: El encuentro con Dios y su palabra |