Clara Janés rememora en este libro su amistad con el poeta checo Vladimir Holan y lo que supuso para ambos. Como telón de fondo, otro suceso importante en la vida de la autora: el fallecimiento de su padre en accidente de coche, cuando ella tenía dieciocho años.
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Vladimir Holan ha sido uno de los poetas más destacados de la literatura checa del siglo pasado. Sufrió la represión en la época comunista, lo que le llevó a refugiarse en la isla de Kampa, en el Moldava a su paso por Praga, y a no admitir visitas. Clara Janés descubre su poesía y le envía un poema. Holan le invita a su casa, como si la estuviera esperando. A partir de ahí, se inicia una amistad, llena de sorprendentes presentimientos y coincidencias que se desvelan tras la muerte de Holan. Esta relación influirá poderosamente en la creación poética de Clara Janés. A estos hechos, se añaden algunas referencias a la muerte del padre de Clara, en accidente de coche cuando ella tenía dieciocho años, sobre la que también aporta alguna luz la amistad con Holan. Un libro muy sugerente y exquisito, para todos los que aprecien la poesía y deseen adentrarse en los misterios de la creación artística.