Wiglaf siempre ha querido ser un héroe, pero no lo tiene nada fácil, porque es incapaz de hacerle daño a una mosca. Sin embargo, todo parece cambiar el día en que se apunta a la Escuela de CazaDragones, donde le aseguran que...¡hasta los holgazanes se convierten en héroes! Nervioso como un flan, se enfrenta a su primer día, un día que no podrá olvidar mientras viva.