Días de llamas

El narrador espera en una checa a que le den el "paseo": mientras, narra en primera persona lo que pasa en esa cárcel ilegal, recuerda su pasado y los acontecimientos más recientes que acabaron en la situación en la que se encuentra. A eso, hay que añadir las noticias sobre un buen número de personajes: sus padres y hermanos, sus colegas de los juzgados, los que comparten prisión con él... La novela está muy bien estructurada y escrita, refleja con objetividad las atrocidades de la contienda en Madrid y en Toledo, y describe con maestría así el miedo y la angustia en que se vivía. Aunque la novela no es propiamente autobiográfica, el autor pasó por algunas situaciones parecidas a las de los protagonistas, esto explica que consiga expresar con tal viveza la angustia. El protagonista duda entre la lealtad a las ideas republicanas y el rechazo a las atrocidades que se cometen. En su actitud hay una mezcla de cinismo y de cobardía que se va atemperando conforme la sutación se hace más angustiosa, lo que le lleva a ser más comprensivo con las debilidades y las opiniones de otros, por ejemplo las de los que creen en Dios... Una novela dura, como no podía ser menos por el tema, muy bien escrita.