Tercera novela de la serie de Jack Aubrey y Stephen Maturin. En este caso, salvo algo de acción al principio y al final, el libro es como esos cruceros marítimos en los que suceden pocas cosas. Abundan las falsas alarmas y lo más movido es el estado de la mar. O'Brian se toma con calma la serie y se dedica a la construcción de los personajes: unas veces sus problemas profesionales (el barco y sus necesidades, el cumplimiento de su misión, etc.); otras veces sus problemas financieros o los sentimentales. En esta tercera entrega, si el lector se embarca, ya debe saber que la mar es muy traicionera y lo mismo tenemos combates que tormentas o calma chicha