Escritos sobre estética y vida cotidiana, en siete capítulos llenos de inteligentes sugerencias e intuiciones, con una prosa muy cuidada. Las bellas artes, música, literatura y pintura en especial, constituyen el marco en el que se inscribe y se conforma esta sensibilidad estética.
Todos los ensayos están redactados de forma similar, con párrafos numerados que semejan las anotaciones de un diario intelectual y emotivo, escrito con estilo poético, de léxico delicadamente matizado. El autor adopta un tono íntimo, casi confidencial, para comunicar al lector una amplia gama de sensaciones y pensamientos donde la intuición artística asciende hasta el terreno de lo antropológico.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2011 | La Isla de Siltolá |
165 |
978-84-15039-88-4 |
Exquisita edición, cuidada en los más mínimos detalles. |
Comentarios
Sorprendente este ensayo de Mora Fandos por su originalidad. En realidad tiene tres partes claramente diferenciadas. En la primera invita a la observación de la realidad, la belleza en la vida cotidiana, a través de varias escenas muy diferentes entre sí. En la segunda parte, titulada “Co-ser y cantar” hay un juego filológico de gran interés que hace pensar al lector sobre la conveniencia de vivir para los demás, co-ser, lo que redunda en felicidad para uno mismo. El solitario está desen-cantado, dice, porque el que va por libre no puede cantar, ya que cantar es sinónimo de alegría y vida en común. En otro capítulo hace unas consideraciones muy sugerentes sobre lo que puede dar de sí la contemplación de un cuadro, que ni siquiera es un original sino una lámina. Tiene otras capítulos, todos interesantes, pero me quedo con estos tres y a mí me ha parecido un libro para releer, porque tiene una profundidad filológica-estética que me ha parecido de gran interés.
Interesante libro, largamente elaborado, en torno a la belleza y la vida cotidiana, con muchas sugerencias para descubrir en el día a día lo que verdaderamente importa, lo que nos dignifica como personas y dignifica nuestras vidas. Una llamada a recuperar los grandes bienes del espíritu a través de lo ordinario: saber escuchar, mirar, contemplar, compartir, amar, siguiendo el carácter narrativo de nuestra existencia. El autor nos va transmitiendo ideas e intuiciones de un modo que se podría llamar impresionista, salpicado de ejemplos tomados tanto de la vida como del arte (música, pintura, literatura). Prosa muy cuidada, con abundantes y logradas imágenes muy ilustrativas. Un libro enriquecedor.