Las leyendas negras

29 Jun, 2007por aita

Como
es sabido a lo largo de los siglos XVII y XVIII se produjo una extensa obra
literaria en Europa destinada a desprestigiar a España y de paso a la Iglesia Católica,
pues había muchos intereses creados. A esa amplia producción se debe
la extensión de la Leyenda negra de España, que todavía
perdura en algunos lugares.

Una
de las obras maestras de la manipulación histórica fue la obra
"D.Carlos. Infante de España", del
dramaturgo Friedrich von Schiller (1759-1805), que fue estrenada en 1787. Se trata
de la figura más grande de la literatura alemana, junto con Goethe, de la época.

El
tema central son las duras relaciones del príncipe Carlos y el Emperador
Felipe II. Como trasfondo, están los presuntos amores de la Reina Madre y su hijastro
el príncipe D. Carlos, con quien estuvo prometida antes de contraer
matrimonio con el Rey.

La
Obra se divide en cinco Actos. Como es sabido el momento culminante de la pieza
teatral es el tercer Acto, escena 10, en la conversación entre el
Marques de Poza y Felipe II. El tema que allí se plantea es la libertad
de pensamiento, la libertad de conciencia, frente al Absolutismo de Felipe II.

Para
enmarcar y situar el drama, Schiller hace
protagonista principal a la Inquisición a la que presenta como culpable
de la situación, como si hubiera usurpado al monarca y dominara sus
actos y decisiones: de hecho el final de la obra es la entrega de Felipe II de
su propio hijo, para que sea ajusticiado por el Tribunal. Una completa
manipulación representada por un Inquisidor General de noventa
años y ciego.

Terminaba
así el proyecto de que el príncipe fuese trasladado a Flandes
para ponerse al frente de una revolución frente a su padre, y alcanzar
la ansiada libertad de la que gozaban supuestamente tantos países de
Europa a excepción de una España negra y oscura, dominada por el
catolicismo y la Inquisición.

Es
interesante constatar como la literatura de la ilustración alemana, es
utilizada como un modo de influir
en el pensamiento político y religioso. No en vano hay un contraste
entre el absolutismo reinante, con más de 100 príncipes
imperiales en Alemania, y el absolutismo español, centralista.

En
este trabajo hay muchos valores humanos, la fidelidad y prudencia de la Reina;
la hombría de bien del Duque de Alba, etc. Y muchos silencios: la enajenación
mental del príncipe desde sus tiempos de estudiante en Alcalá.
También la desfiguración del carácter de Felipe II,
retratado como un hombre duro e inflexible, lo que contrasta con el epistolario
del Emperador a sus hijas cuidadosamente editado recientemente por Henry Kamen.