LOS 10 LIBROS
MÁS PERVERSOS DE LOS SIGLOS XIX Y XX
La revista americana Human Events ha publicado (20 de
noviembre, 2007) la lista de los diez libros que más daño han
hecho a nuestra civilización en los siglos XIX y XX. Aunque es posible
que haya más, la selección es bastante buena, lo que nos lleva a
pensar que los libros, un buen instrumento para el crecimiento social y
personal, a veces lo podemos convertir en un arma perversa.
Encabeza la lista El Manifiesto Comunista de Marx y Engels
y le siguen inmediatamente después el Mein Kampf de Hitler y las Citas
del Secretario Mao de Mao Zedong. Si sumásemos las muertes, que se
cuentan por millones, que ha provocado la lectura conjunta de estos tres libros
nos darían escalofríos.
En el cuarto lugar se encuentra El Informe Kinsey, que es como se conoce
a un estudio publicado en 1948 por Alfred Kinsey, profesor de zoología
de la Universidad
de Indiana, titulado Comportamiento
Sexual del Macho Humano. Este ensayo, que ha servido como coartada para
movimientos homosexuales posteriores, contenía datos sobre el
comportamiento sexual de adultos, jóvenes e incluso niños,
defendiendo incluso el beneficio de las relaciones con menores.
Democracia y Educación de John Dewey ocupa el quinto lugar
con su nueva propuesta educativa progresista. Marx tiene una segunda
oportunidad de aparecer en esta lista con otra de sus obras más
conocidas Das Kapital, donde
sitúa al capitalismo en el eje de la visión materialista de la
historia, el paso previo para la dictadura comunista. La Mística Femenina, el comienzo del
feminismo radical de la ultraizquierdista Betty Friedan ocupa el séptimo
lugar.
Los filósofos no se quedan
al margen de la selección: Comte con su Curso de Filosofía Positiva
establece las bases del cientificismo y Nietzsche en Más Allá del Bien y del Mal teoriza sobre la voluntad
de poder que se antepone a cualquier principio moral, tachado de artificial por
principio, algo que fascinó a los nazis y a los modernos socialistas.
Por último, y tal vez
más discutible, la lista adjudica su número diez a la Teoría General del Empleo, Interés y el Dinero
de John Maynard Keynes. El
gobierno, dice Keynes, tiene justificada su
intervención en la economía gestionando los déficits
provocados por el sistema prestando y gastando dinero para animar la
economía. La crítica nace necesariamente frente a un gobierno
estatalista y controlador que ahoga a la sociedad.
Efectivamente es una lista
perversa para una sociedad y unas conciencias libres. Tal vez si
consiguiéramos un mayor espíritu crítico y un
reforzamiento moral, los efectos de estas obras y las que salgan en el siglo
XXI de este cariz no serían tan demoledores, la humanidad se
ahorraría sufrimientos y muertes y no vendería su libertad y su
felicidad por un plato de lentejas.
Carlos Segade
Profesor del Centro Universitario
Villanueva