La simplificación de la historia



            Las
posibilidades que aporta la informática, el mundo globalizado, el estado
de las publicaciones, da una gran facilidad para estudiar y ponerse al
día sobre muchas cuestiones. Pero la historia es otra cosa. Para poder
entrar en una época y profundizar en las coordenadas espacio-temporales
se requieren años de lectura reposada, de penetración en las
grandes corrientes de la época: filosofía, teología,
antropología, arte. De ahí que los grandes historiadores
coincidan con profundos pensadores.


            Por
otra parte, se necesitan documentos pues en ellos es donde debemos apoyar las
conjeturas que podrán ser clarificadas y verificadas. En ese sentido la
selección de fuentes no exime de la sucesiva profundización.


            Finalmente,
es importante evitar formular tesis preconcebidas y luego ir con ellas a los
archivos y a la bibliografía. Realmente es más
fácil partir de una determinada idea y buscar datos que la avalen pero,
sencillamente, es una manipulación.


            En
nuestros días se echan en falta los grandes maestros que abrían
camino a sus alumnos y discípulos, creaban escuela, animaban con su
ejemplo al estudio y a la prudencia y, sobre todo, a la paciencia.


            El
libro de Tobby Green es
significativote lo que acabamos de decir. El autor ha tomado la idea del miedo
y, después, ha buscado unos ejemplos, leído libros anteriores, etc.
En su narración salta de un sitio a otro, de una época a otra sin
profundizar en ninguna. Además, una y otra vez, juzga
anacrónicamente con esquemas de hoy los problemas de ayer. Pongamos
algunos ejemplos: "El poder estaba en manos de los inquisidores, y, por
lo tanto, la religión entró inevitablemente en el terreno de la
política" (p.31). Y, seguidamente, busca en la Inquisición
la culpa de todo: "Después de todo, la Inquisición fue
responsable nada menos que de las primeras semillas del totalitarismo, del
racismo institucionalizado y del abuso sexual" (p.31).


            Desde
luego el resultado final de este libro es muy pobre. Así, el autor
afirma acerca del problema morisco, contra la abundante documentación
que se conserva: "Es lamentable el hecho de que, pese al
desinterés que la Iglesia mostró al evangelizar e impartir su
doctrina, estos cristianos tuvieran que sufrir una Inquisición que
controlara sus prácticas religiosas" (p.189). Y       sus explicaciones
son simples: "¡Oh, gloriosa, valiente y
aventurera España! El que camina junto a los blanquecinos muros de las
ciudades imperiales, desde México hasta Perú, desde Ecuador hasta
Uruguay, se pregunta cómo ese árido apéndice del
continente europeo logró tanto en tan poco tiempo. La respuesta es
bastante simple. La sucesión de acontecimientos que convirtió a
España en una potencia fue posible, en parte, gracias a la
invención del enemigo: la persecución de los conversos y la reconquista
de Granada crearon en España un renovado sentido de unidad y fuerza
nacional" (p.53).


            Eso
sí, termina su trabajo contradiciendo su propia tesis del miedo:
"La Inquisición jamás habría existido sin el apoyo
popular, aunque luego utilizó el poder que se le otorgó para
moldear las ideas de la gente" (p.359). Ni una cosa, ni otra.


 


            José
Carlos Martín de la Hoz


 


Toby GREEN, La Inquisición. El reino del miedo, ediciones B, Barcelona 2008, 468 pp.


Henry KAMEN, La
Inquisición española
,
ed. Crítica, Barcelona 2000.