El Profesor
Morales acaba de publicar un interesante ensayo teológico acerca de los santos
en la Iglesia
Católica. En estas páginas se desgranan con sencillez las
raíces teológicas de la
cuestión. Asimismo señala brevemente la historia de los
procesos de canonización y muestra con ejemplos diversos modelos de santos.
Cuando un cristiano ha llegado al cielo ha alcanzado
la meta. Los
santos son los que han entrado en la gloria. Entre los santos hay vidas muy heroicas;
personas que han hecho grandes sacrificios por Dios y por los demás. Pero, también,
hay santos con vidas menos espectaculares, aunque hicieron mucho bien
silenciosamente. Y, finalmente, hay niños que, sin dejar de serlo, también han
alcanzado la santidad. Al
final lo que importa es haber alcanzado el cielo habiendo amado a Jesucristo e
intentado parecernos a él.
Entre los santos
hay algunos que Dios quiere poner como ejemplo e intercesor para todos los
cristianos; esos son los santos canonizables. No es ningún desdoro para un
santo el no ser canonizable pues, al fin y al cabo ya goza de la visión
beatífica y es eternamente feliz en la posesión de Dios. Desde luego el cielo
no sólo no es aburrido sino gozo inefable, pleno y completo sosiego del deseo.
Para saber como distinguir
unos de otros, la Iglesia se fija en la fama de santidad y en los favores y
gracias que llegan del cielo por intercesión de los candidatos a la canonización. Un
ejemplo gráfico nos ayudará a entenderlo: si hay humo es que hay fuego. El humo
es la fama de santidad y milagros. El fuego sería la señal de que Dios podría
desear que ese santo fuera canonizado. Por otra parte, la fama de santidad y de
favores debe extenderse boca a boca, de manera natural y espontánea. Es lógico;
si a través de un siervo de Dios conseguimos un favor del cielo, es lógico que
se lo contemos enseguida a los amigos.
Los procesos de
canonización son de las cosas más serias de la Iglesia católica; plenamente
conscientes de tratar cosas divinas, los que intervienen en ellos procuran
actuar cara a Dios y en conciencia. Todo esto se comprueba en los diversos
pasos de un proceso de canonización y del rigor con el que se llevan a cabo.
Las normas por las que se rigen están contenidas en la Instrucción Sanctorum Mater de la
Congregación para las Causas de los Santos promulgada el 17 de mayo de 2007.
También los niños que están en proceso, como los que fueron ya beatificados,
han seguido estos pasos: la Iglesia los toma en serio.
José
Carlos Martín de la Hoz
José MORALES, Los
santos y santas de Dios, ed. Rialp. Madrid
2009, 213 pp.