Antonio
Vázquez acaba de publicar en ediciones Palabra una semblanza
sobre Mons. Juan Larrea Holguín, Arzobispo de Guayaquil, fallecido con fama de
santidad en el 2006, cuyo proceso de canonización se encuentra en fase de
estudio.
El autor al comienzo del libro marca con claridad el
objetivo de su trabajo: "Los apuntes que el lector encontrará a continuación no
tienen otro propósito que dibujar una semblanza sobre la que aparecerán, con el
tiempo, auténticas biografías que recogerán distintos aspectos de su
personalidad que ahora sólo me atrevo a bocetar" (p.13).
Quizás el núcleo de esta biografía está en una cita
extraída de los apuntes autobiográficos de D. Juan titulados "Rayo de luz". El
texto escrito por el propio Larrea sugiere el título de esta obra y constituye el
hilo conductor de su vida. Después de narrar que con otros jóvenes
universitarios de Quito impartía clases de cultura general y analfabetismo a
profesionales, a la caída de la tarde, señala: "Una noche de intenso aguacero
regresaba empapado por esas calles y procuré hacer un poco de oración mental
mientras me seguía penetrando el agua. Pedía con intensidad al Señor hacer lo
que realmente le complaciera a Él; no se me ha borrado el recuerdo de esa
natural experiencia espiritual, que también influyó en mi determinación de
pedir la admisión en el Opus Dei, años después" (p.15).
Hacer la voluntad de Dios. Agradarle. Ese será
precisamente el lema episcopal que
escogerá años después: Caritas Christi urget nos. Esas palabras de San Pablo son un resumen de
su intensa vida de oración y de sus trabajos por todas las almas.
Juan Larrea había nacido en Buenos Aires, Argentina el 9
de agosto de 1927, cuando su padre era Ministro Plenipotenciario del Ecuador en
ese país. Fue Doctor en Derecho Civil por las universidades de Roma y Quito y
Doctor en Derecho Canónico por la Diversidad de Santo Tomás de Roma.
Conoció al Fundador del Opus Dei en 1948 en Roma y pidió
la admisión en el Opus Dei en 1949. Regresó a Ecuador en 1952 donde ejerció
como abogado y fue profesor de la Universidad Central
de Quito. "Así un día y otro. Mientras crecía su prestigio profesional en el
Despacho, iba asumiendo temas de una mayor complejidad. Su empeño en estudiar
sin descanso le llevaría a ser uno de los primeros juristas del país" (p.102),
como muestran sus abundantes publicaciones.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1962. En 1969 Pablo
VI le nombró Obispo auxiliar de Quito. Posteriormente, fue Obispo de Ibarra;
primer Obispo de las fuerzas Armadas, y Arzobispo de Guayaquil desde 1989 hasta
2003. Como sacerdote y luego como obispo desempeñó una gran labor pastoral,
predicando numerosos retiros espirituales, visitando las parroquias de sus
diócesis, e impulsando la labor de formación de los seminarios diocesanos.
Gobierno.
Falleció con fama de santidad el 27 de agosto de 2006.
Sus restos descansan en la catedral de Guayaquil. Una fama de santidad y
favores que va en aumento y que se está documentando en espera de los cinco
años prescritos por el Derecho.
José Carlos Martín de la Hoz
Antonio VÁZQUEZ, Juan Larrea.
Un rayo de luz sobre fondo gris, ed. Palabra, Madrid 2009, 270 pp.