Muñoz Molina es uno de los escritores de mayor prestigio
en la actualidad española. En esta ocasión, plantea una trama de carácter
histórico alrededor de la
Guerra Civil española, desde octubre de 1935 a octubre de 1936. La
novela acaba siendo una novela histórica, con personajes reales, Negrín, Moreno Villa, Bergamin,
Azaña, y otros de ficción pero, en gran
parte, supera ese género literario. El autor ha logrado una buena ambientación
histórica y está bien documentado.
El personaje central es el arquitecto Ignacio Abel que
dirige las obras de construcción de la Ciudad Universitaria
de Madrid a las órdenes directas de Negrín. Se trata
de un profesional de mediana edad, casado con dos hijos, socialista de familia
y de convicción, un hombre que se ha hecho a si mismo, de buenos modales y gran
trabajador. Su mujer Adela es católica así como también su familia.
La trama se va urdiendo a través de tres planos
principales: en primer lugar la construcción de la Ciudad Universitaria
con los problemas derivados de la preguerra civil, donde van apareciendo las
diversas tendencias políticas. Por otra parte, el adulterio, y vida amorosa oculta,
de Ignacio Abel con Judith Biely, una joven
estudiante americana de postgrado con la
que mantiene una relación apasionada pero, como se demuestra, poco profunda.
Finalmente, la parte más interesante: son las trescientas
últimas páginas, en ellas se narran los primeros meses de la guerra civil, el
caos total, la cara oculta de las ideologías y la intolerancia en una
desenfrenada carrera hacia el poder, con una riada de muertes inocentes. El
tratamiento acerca de la Iglesia es respetuoso, sólo referencias culturales. Esa
pormenorizada y terrible narración contrasta con la llegada de Ignacio Abel a
Estados Unidos para trabajar, huir de una familia rota (tanto por su adulterio
como por razones ideológicas), de la guerra
y reencontrarse con su amada. El último capítulo muestra el choque entre
el escéptico y desconcertado socialista y la mentalidad de las brigadas internacionales
a las que está a punto de enrolarse su Judith; engañadas, según el protagonista,
por la propaganda internacional de la República.
La novela puede hacer bien puesto que da una versión de
los hechos bastante más cercana a la realidad histórica de la que suelen darse
en estas novelas y por parte de historiadores sesgados. Muestra como unas
minorías de anarquistas, comunistas y parte de los socialistas, así como de algunos
falangistas, llevaron al país a una confrontación durísima. Una minoría impuso
su dinámica intolerante. La novela muestra la falta de democracia real en ese período.
Los amoríos del protagonista le den un tono sensual y
amoral que recorre completamente la novela. No hay un adecuado tratamiento de la fe
cristiana: ni del protagonista que vive en un agnosticismo asentado sin
referencias espirituales. Tampoco de la familia, que se resume muy brevemente y
de modo superficial.
La novela es excesivamente larga para el nivel de
pensamiento que ofrece, aunque la prosa es agradable. Está bien lograda la
psicología femenina, aunque la parte espiritual tanto de su mujer como de su
amante aparecen muy poco desarrolladas.
José Carlos Martín de la Hoz
Antonio MUÑOZ MOLINA, La noche de los
tiempos, ed. Seix Barral, Barcelona 2009, 958
pp.