Santiago
Guijarro, catedrático de Nuevo Testamento de la Facultad de Teologia de la Universidad Pontificia
de Salamanca, nos ofrece en esta ocasión un breve e interesante estudio de la
primera evangelización cristiana a través de los textos del Nuevo Testamento y
de los primeros Padres Apostólicos.
Aquella primera generación
de los discípulos de Jesús, pusieron en marcha el mandato imperativo de Cristo
el día de su Ascensión: "Id y predicad a todas las
gentes" (Mt 28, 19-20), anunciando lo que habían visto y oído (Cfr. 1 Io 1,3). Hay, nos dice el autor, una perfecta continuidad
entre la misión de Jesús y la de sus apóstoles, tanto en los contenidos como en
la intensa relación personal que supieron crear: De ese modo las comunidades
cristianas que fundaron se asemejaban a la primera comunidad de Jesús con los
doce. Las características del segundo envio siguieron
muy de cerca la primera misión que se produjo durante la predicación del
Maestro: "Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve" (Lc 22,27); "desprendido e itinerante" (Lc 9,58); "el obrero merece su salario" (Lc 10,7); "de casa en casa" (Act
20, 10); incluso la atención para los paganos llena de comprensión, acogida y
perdón (p.84). De todas formas, concluye Guijarro, "Entre el Primer envío
y el segundo hay un hecho capital: el encuentro con el Resucitado" (p.
85).
En este trabajo se alude a los
predicadores anónimos que después de peregrinar a Jerusalén se encontraron con
los discípulos de Jesús y, convertidos, llevaron
la fe a Roma, Antioquia, etc.: "Su contribución a la primera evangelización
fue decisiva, pues gracias a su conexión con diversas redes sociales el
evangelio llegó a contextos y ambientes muy diversos" (p.202).
Santiago Guijarro
subraya muchas veces en este trabajo que la evangelización postpascual
estableció una corriente de afecto, marcada por la caridad y la paternidad
espiritual: "como un padre a sus hijos" (1 Tes 2,11),
o "como una madre que cuida de sus hijos" (1 Tes
2,7). Por tanto la predicación apostólica incluiría un anuncio, una exposición
detallada de la revelación en Cristo, la recepción del bautismo, (incorporación
a la Iglesia),
una instrucción constante y una llamada a la perfección cristiana.
Una de las ideas más sugerentes de
este libro es la afirmación de que el proyecto apostólico de San Pablo
coincidiría con lo profetizado por Isaías cuando dice: "De entre ellos
enviare supervivientes a las naciones, a Tarsis, Fud
y Lud, a Mesec, Tubal y a Grecia, y a las islas
(costas) lejanas que no han escuchado mi nombre ni han visto mi gloria y ellos
proclamaran mi gloria entre las naciones. Ellos traerán a vuestros hermanos de
entre todas las naciones como una ofrenda al Señor... a la ciudad santa de
Jerusalén" (Is 66, 19-20). Y comenta Guijarro: "Este
pasaje, que habla de la peregrinación de las naciones a Jerusalén parece haber
inspirado la misión de Pablo. Desde ella, en efecto, se explica el itinerario
descrito en Rom 15, 19-28, así como la localización
de su misión en las naciones que revela ya en la etapa escatológica inaugurada
por la resurrección de Jesucristo. Por otra parte este texto revela que, a
pesar de la ruptura con los lideres de la Iglesia madre, Pablo tuvo siempre conciencia de
que su misión había partido de Jerusalén y de que era en la ciudad santa donde
debía concluir" (p.163).
José Carlos Martín de la Hoz
Santiago
GUIJARRO, La primera evangelizaciòn, ed. Sigueme,
Salamanca 2013, 237 pp.