Llevamos veinte siglos oyendo hablar de la misericordia y del perdón de Dios, hasta que se nos envía al papa Francisco para culminar el encargo que ya había comenzado Juan Pablo II cuando canonizó a Faustina Kowalska e instituyó la fiesta de la obra de la divina misericordia en el segundo domingo de Pascua.
El Santo Padre ha convocado un año Jubilar de la misericordia que comenzamos a vivir el 8 de diciembre de 2015. Además ha querido publicar un libro entrevista sobre este tema. Así Tomando pie del evangelio de la mujer descubierta en adulterio el papa francisco comenta: "El rostro de una Iglesia que no reprocha a los hombres su fragilidad y sus heridas, sino que las cura con la medicina de la misericordia" (12). Perdona una y otra vez, hasta que el hombre madura y da el salto de convertirse él mismo en legado de la misericordia de Dios.
Y, tomando palabras del pontífice, nos dirá el autor del libro, el periodista Andrea Tornielli: "Jesús perdona. Pero aquí hay algo más que el perdón. Porque como confesor Jesús va más allá de la Ley (…). Jesús, para «ser misericordioso», va más allá de «la ley que ordenaba la lapidación». Hasta el punto de que le dice a la mujer que se vaya en paz. «La misericordia es algo difícil de entender: no borra los pecados», pues para borrar los pecados «está el perdón de Dios». Pero «la misericordia es la manera con que Dios perdona». (…). En esta situación, «Jesús va más allá y aconseja a la mujer que no peque más. Y aquí se ve la actitud misericordiosa de Jesús: defiende al pecador de los enemigos, defiende al pecador de una condena justa»" (17).
El propio Tornielli, comenta el objetivo y alcance de este libro con estas palabras: "sería bonito poder plantearle algunas preguntas centradas en los temas de la misericordia y del perdón para profundizar en lo que aquellas palabras habían significado para él, como hombre y como sacerdote, sin la preocupación de conseguir algunas frases efectistas que entrasen en el debate mediático (…). Me gustaba la idea de una entrevista que permitiera que emergiera el corazón de Francisco, su mirada. Un texto que dejara abiertas las puertas, en un tiempo, como el jubilar, durante el cual la Iglesia pretende mostrar de manera especial y aún más significativa, su rostro de misericordia" (18). El resultado es fantástico.
El papa Francisco hace un repaso de la doctrina de todos los papas desde san Juan XXIII a Benedicto XVI: "La misericordia es en realidad el núcleo central del mensaje evangélico, es el propio nombre de Dios, el rostro con el que Él se reveló en la antigua Alianza y plenamente en Jesucristo, encarnación del amor creador y redentor. Este amor de misericordia ilumina también el rostro de la Iglesia y se manifiesta tanto mediante los sacramentos, en concreto, aquel de la reconciliación, como con las obras de caridad, comunitarias e individuales. Todo lo que la Iglesia dice y hace manifiesta la misericordia que Dios siente por el hombre" (28).
Las anécdotas narradas en el libro son expresivas y muestran efectivamente el corazón del papa Francisco: "Es una humanidad herida, una humanidad que arrastra heridas profundas. No sabe cómo curarlas o cree que no es posible curarlas (…). También el relativismo hiere mucho a las personas: todo parece igual, todo parece lo mismo. Esta humanidad necesita misericordia" (56-57). El Santo Padre, nos enseña a hacer una buena confesión (59).
José Carlos Martín de la Hoz
Papa Francisco, El nombre de Dios es misericordia. Una conversación con Andrea Tornielli, ed. Plantea Testimonio, Barcelona, 2016, 141 pp.