La torre de Babel

La novela se sitúa en Damasco (Siria), Beirut (Líbano) e Israel. Se trata de una obra coral, con múltiples protagonistas; una aproximación a la situación de Israel y Oriente Próximo en el último medio siglo. Parece claro que el odio termina hiriendo a aquel que lo profesa. La dictadura del partido sirio Baas, que entonces proclamaba su deseo de destruir a Israel, hoy se ha vuelto en contra de su propio pueblo; el Líbano hace décadas que fue destruído por las distintas facciones del islamismo; el dirigente histórico de la OLP murió envenenado y hoy es más fácil morir violentamente en Irak que en Israel. En el Antiguo Testamento Yhavé, Señor de la historia, reprende a Israel pero también vaticina la destrucción de sus enemigos. Estas profecías se están cumpliendo una vez más en el siglo XXI. La violencia del DAESH ya se anuncia en la persona del sirio coronel Saffedin, que sueña con un Islám unido por los libros y las armas. La novela se compone de una sucesión de cuadros, de escenas bien relatadas, en las que en ocasiones cansan las reflexiones de los protagonistas. Estos, un general de inteligencia israelí, un espía, un banquero libanés o un desertor de la OLP están bien dibujados, pero no suficientemente relacionados entre si. En su día se publicaron bastantes libros sobre la creación y defensa del Estado de Israel, hoy, ante la enormidad de lo que está sucediendo en el mundo islámico Israel ha pasado -afortunadamente para ese Estado- a un segundo plano. Nos encontramos ante una novela de entretenimiento que puede ser útil al que quiera aproximarse a la situación del Estado judío y del Oriente Próximo en el último medio siglo.