Ante el misterio –el regalo– de la maternidad y la paternidad, la primera reacción es el asombro y la alegría, el pasmo: un ¡oh!... Después, quizá el silencio, la contemplación, el éxtasis ante la nueva vida, única, maravillosa, y a la vez tan frágil y con la existencia por delante que ¿adónde la llevará?

No es fácil, por tanto, escribir sobre este hecho tan cotidiano y paradójicamente siempre original y novedoso, pero tal vez la poesía sea el medio más adecuado para hacerlo, puesto que su lenguaje nos acerca al misterio, a la revelación, a buscar la expresión para lo indescriptible, para lo que nos acerca a lo sagrado; y una vida humana lo es.

Elisa Martín Ortega trata sobre la maternidad-paternidad en Alumbramiento (Ed. Cálamo), su tercer poemario. Indudablemente detrás de los versos está su propia experiencia y de ahí la autenticidad y la viveza que transmiten, aunque, como suele pasar con la buena literatura, de lo particular y concreto, nos lleva a trascender hacia lo universal.

El libro se divide en tres partes: Preludio de Amor, Espera e Infancia, a las que sigue un poema a modo de epílogo y unos agradecimientos significativos, que lo  enmarcan. Las imágenes, el ritmo, el lenguaje preciso ayudan a adentrarse en el motivo del poemario, pero también lo que se calla, lo que se intuye, lo que se expresa veladamente y acentúa esa presencia de algo grande, sagrado, íntimo, del don inasible de la vida: "Es tu mirada solo para mí. / Duermes dentro de un cofre. / Yo lo abro y lo cierro, / de ti viene la luz, / la dicha es mi secreto." Libros como este nos ayudan a fijarnos en lo esencial, a apreciar lo mejor, a preguntarnos sobre el por qué y el para qué, a rejuvenecer nuestra capacidad para el asombro y la esperanza.

Luis Ramoneda   

 

Elisa Martín Ortega, AlumbramientoEdiciones Cálamo 2016. 74 pags.