Me parece que pocas realidades hay tan vivas y tan poco dadas a la encorsetación y a la rigidez como el lenguaje de los hombres. Pensemos, por ejemplo, en el género gramatical. Ciñéndonos a la lengua castellana, la regla general es que hay palabras masculinas (niño) y palabras femeninas (niña), pero luego resulta que leo el capital o el orden y, sin embargo, si digo la capital y la orden el significado ha cambiado por completo al pasar del masculino al femenino. Y sucede también que hay casos en que usamos palabras completamente distintas según sea el género de que se trate: caballo/yegua; marido/mujer...
Algo parecido sucede con el número gramatical: digo un coche azul, tres coches amarillos, pero hay palabras, como sed, fútbol, que solo se usan en singular y otras, como provisiones, honorarios que solo se emplean en plural, junto con algunas en las que apenas hay distinción entre el singular (la crisis, la caries) y el plural (las crisis, las caries).
Y qué decir del fascinante ámbito de la derivación? Del verbo dormir, salen adormecer, dormitorio, dormilón, dormidito, durmiente, duermevela… Y no digamos de la sufijación apreciativa, algo muy característico del castellano, que lo llena de matices afectivos: mesita, listillo, calvete, cochazo, majete, hombrón… Pero ocurre, a veces, que los diminutivos y aumentativos deciden independizarse y pasan a tener un significado propio, a lexicalizarse, como sucede con calabacín, cuadernillo, cinturón, barcaza…, o que incluso han dado lugar a topónimos: Oteruelo, Castrillo, Vistillas, Torrejón…
Hay excelentes diccionarios etimológicos, de topónimos, de nombres y apellidos, de refranes, de modismos…, pienso que la curiosidad por el lenguaje, indagar sobre el origen y el significado de las palabras y las expresiones que usamos, así como buscar el uso adecuado a cada caso es muy necesario y enriquecedor. La Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española han publicado, en 2013, El buen uso del español (Espasa), libro muy útil, completo y claro, especialmente adecuado para profesores, escritores y para todo aquel que desee expresarse adecuadamente.
Luis Ramoneda