Hay obras clásicas admirables, pero que leemos como si de una pieza de museo se tratara; otras, en cambio, parece que se han escrito hoy. Esto me ocurre con el Quijote. Siempre me dice algo, siempre descubro nuevos matices que me divierten y me orientan. A Antonio Barnés, doctor en Filología por la Universidad de Granada, que ganó en 2009 el III Premio Internacional de Investigación Científica y Crítica "Miguel de Cervantes", por su libro "Yo he leído en Virgilio", la tradición clásica en el Quijote, le acaban de publicar un breve ensayo muy jugoso: Los amores del Quijote (Teconté-Eiunsa).
Puede decirse que, a lo largo de la novela, Cervantes nos ofrece todo un tratado sobre el amor. De la mano de los conocimientos y de la buena pluma de Antonio Barnés, hacemos ese recorrido: desde el ideal y quimérico amor de don Quijote por Dulcinea, que se puede calificar de virtual, pasando por el de Sancho por su mujer y sus hijos, y completado con las historias amorosas que se intercalan a lo largo de la novela (de Marcela, de Basilio y Quiteria, de Cardenio…), además de otros lances que dan pie a reflexiones sobre el tema. Narraciones ricas y variadas –el Quijote es una obra poliédrica, insiste el autor–, acompañadas por los comentarios y los juicios de don Quijote y su parecer humanista en el que influyen sobre todo Platón, Aristóteles y la doctrina cristiana.
Tras la lectura del libro, me reafirmo en lo que decía al principio: la vigencia de la gran novela cervantina. Hoy, en que se habla tanto del amor, aunque muchas veces se trate de sucedáneos y se manosee esta palabra y su genuino significado, puede ser esclarecedor y enriquecedor participar de la cordura con que don Quijote paradójicamente nos habla de estas cuestiones: "El Quijote no es reduccionista. En la novela emergen el hombre y la mujer: cuerpo y alma, inteligencia, voluntad, emociones, pasiones y apetitos; amasijos de virtudes y vicios, grandezas y miserias. El amor es una realidad polifónica, pluridimensional, que afecta a todos los estratos de la personalidad humana. Y así como lo sexi es un reduccionismo de la belleza, también lo sería una concepción del amor meramente biológica" (pág. 125). El libro termina con un "Breve glosario sobre el amor", con citas del Quijote, que no tiene desperdicio.
Luis Ramoneda
Antonio Barnés Vázquez, Los amores del Quijote. Teconté-Eiunsa, 2016, 131 pgs.