La mística de Nueva Era

 

Las dudas acerca del significado y alcance de la conspiración de Nueva Era se han ido disipando en nuestra cultura occidental en los últimos años, de hecho, con la New Age se han confirmado los más oscuros presagios y se ha convertido en el enemigo más peligroso de la vida espiritual de Europa.

Como han subrayado los expertos en sectas y nuevos movimientos religiosos, se trata de una verdadera conspiración con perfiles claros de socavación e impregnación de la sociedad, que va influyendo en todos los ámbitos de la creatividad humana; culturales, artísticos, musicales y religiosos.

Así pues, Nueva Era busca ser conformadora de una nueva sociedad en la que no haya líderes religiosos, ni libros Sagrados, ni dogmas. Con esos sencillos pero radicales principios, piensan, que habrá paz en el mundo, cuando en realidad lo que habría sería atonía y el mayor de los vacíos, y la nirvana del suicidio espiritual, pues cortaría cualquier comunicación personal con la trascendencia.

Ya en 1993, nos alertaba el Santo Padre san Juan Pablo II en un mensaje a los obispos de Estados Unidos, donde les decía hablando de Nueva Era: “proponen un concepto panteísta de Dios que es incompatible con la Sagrada Escritura y la Tradición cristiana. Sustituyen la responsabilidad personal ante Dios por nuestras acciones, con un sentido del deber hacia el cosmos, revocando así el verdadero concepto de pecado y de la necesidad de la redención a través de Cristo” (58).

Para el profesor Uríbarri, Nueva Era, sería la espiritualidad característica de la filosofía de la posmodernidad, algo pues reducido al ámbito del sentimiento y de la emoción, pues el relativismo filosófico imperante desde el fin de la modernidad, no deja opciones al hombre actual.

Al igual que en el siglo XIX, cuando surgió el romanticismo como reacción frente al racionalismo kantiano (59), así ahora se extiende por todas partes la vaporosa y sentimental corriente de espiritualidad ecléctica de Nueva Era.

La única solución para no dejarse engañar por estas extrañas espiritualidades a nuestra tradición, es redescubrir la riqueza de la mística cristiana centrada en la persona de Jesucristo, dotada de la alteridad y de la libertad del amor, y siempre rejuvenecida por la diaria invitación de Dios que no se limita a invitarnos un vez a su seguimiento, sino que se cruza a diario  en el camino de nuestra vida y nos invita a la comunión con El.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Gabino Uríbarri Bilbao, La mística de Jesús. Desafío y propuesta, ed. Sal Terrae, Santander 2017, 270 pp.