Crónica de algunos sucesos que sucedieron en los Estados Unidos de América en el verano de 1927. El autor da especial importancia a tres gestas deportivas: El primer vuelo trasatlántico sin escalas entre Nueva York y París realizado por Charles Lindberg; la excelente temporada del equipo de base-ball de los Yankees de Nueva York y su estrella Babe Ruth; y el combate de boxeo entre Jack Dempey y Gene Tunney en el que, contra todo pronóstico, venció el segundo.
Fuera del ámbito deportivo el autor se refiere a los primeros pasos de la TV y la aparición del cine sonoro, así como la ejecución de los anarquistas Sacco y Vanzetti. Igualmente se burla del que habría de ser el siguiente Presidente de los EE.UU.: Herbert Hoover.
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El título original de esta
El título original de esta obra es "Un verano: América-1927"; al titularlo en castellano "1927: Un verano que cambió el mundo" el editor nos está dando gato por liebre. Estamos acostumbrados a este tipo de triquiñuelas con los títulos, que suscita un interés por determinados libros que luego no se corresponde con su contenido. Éste trata de América y no del resto del mundo. Es cierto que la aviación, la televisión o el cine sonoro terminarían extendiéndose por todo el mundo.
Bill Bryson, periodista, es autor de libros de divulgación en los que se trata la historia como una crónica periodística. Se leen muy bien; otra cosa es que nos interese la temática. En una cosa lleva razón el autor: el desarrollo industrial y tecnológico de los Estados Unidos en ese periodo desplazó el centro de gravedad económico y cultural de Europa a América.
En un libro tan extenso sería raro que no nos interesase alguna cosa. Aunque el autor da un explicación somera sobre el crack bursatil y económico que tuvo lugar en los USA en el año 1929, impresiona saber la depreciación que supuso de los activos industriales e inmobiliarios que se acercó a un noventa por ciento. A lo mejor en un año el país se hizo un noventa por ciento más pobre. Obligatoriamente se produce un paralelismo con lo que ha ocurrido entre 2008 y 2018.
También relata el autor cómo en el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial se extendió en Norteamérica una mentalidad que el autor denomina eugenésica, que propugnaba la expulsión de los Estados Unidos de toda aquella la población que no fuese de origen nórdico o anglosajón y, cosa curiosa, de aquellos que demostrasen carecer de conciencia moral o sea los delincuentes. En concreto molestaban los judíos, los católicos, los negros, los chinos, los mediterráneos en general y los italianos en particular a los que se consideraba, no sin alguna razón, anarquistas o mafiosos. En los momentos de crisis siempre se ha tratado de restringir los beneficiarios del desarrollo.
La doctrina eugenésica coincidía con la del nazismo y también con Mussolini, del cual se decía que había puesto orden en Italia. La ideología eugenésica defendía que América no debía entrar en guerra contra Alemania y sus aliados. El bombardeo de Pearl Harbor por parte de los japoneses puso fin a las dudas y precipitó a América en la Segunda Guerra Mundial. Ocurre que, precisamente la guerra amalgamaría los orígenes nacionales y convertiría a todos únicamente en norteamericanos.