El profesor García de Cortázar, catedrático emérito de historia contemporánea de la Universidad de Deusto, es autor prolífico de obras de conjunto sobre historia de España y del mundo y es bien conocido en España por sus muchos trabajos de divulgación histórica, entre los cuales algunas de sus obras han gozado, merecidamente, de un gran éxito editorial.
En la presente ocasión, deseamos detenernos en un breve comentario de un ensayo o trabajo, también de divulgación, que acaba de publicar y que puede llegar a ser verdaderamente significativo, siempre que los lectores lleguen a comprender su importancia y se termine de aprender a leer a editar en España con cierto discernimiento, pues la obra que presentamos es de un gran calado histórico.
Efectivamente, se trata de la lectura de los hechos históricos de los últimos años, de libros que se han publicado, así como de acontecimientos impactantes en la opinión pública o sencillamente de la celebración de la próxima navidad.
El trabajo tiene una primera lectura en la que de un modo natural, el autor va marcando criterio sobre algunas cuestiones que serán lógicamente de muy diversa índole o entidad y también, que aportará una opinión entre otras opiniones posibles, de diverso calado y acuerdo.
En otras ocasiones, el autor aportará una verdadera rectificación de fondo a cuestiones importantes en las que, por el paso del tiempo, los estudios publicados y los resultados, ya la historia ha dado su palabra final, como por ejemplo, sobre la Teología de la Liberación defendida todavía en la actualidad por algunos y, así, afirma con toda rotundidad: “La Teología de la Liberación ha sido, en efecto, la última pirueta destinada a deformar la actualidad del evangelio, convirtiéndose en una rectificación más que en una reafirmación de nuestro mensaje. Pretender que la defensa de la justicia social se limitaba a un sector de los creyentes, en lugar de ser patrimonio y exigencia de todos los cristianos, poco tenía que ver con la ejemplaridad, y mucho con un preocupante exhibicionismo que confundía la humilde caridad con el orgullo revolucionario” (63). Es verdad que se puede hablar de hacer una opción preferencial por los pobres, pero distinto es plegarse a la dialéctica marxista y aprobar la violencia como método cristiano para la evangelización.
Un poco más adelante, y hablando con mayor perspectiva reconocía: “La libertad del hombre moderno no se ha construido a costa del cristianismo, sino gracias a él. No es casual que la defensa de los derechos fundamentales de la persona haya cobrado su más perfecta definición histórica en una cultura construida sobre los valores evangélicos” (64).
José Carlos Martín de la Hoz
Fernando García de Cortázar. Católicos en tiempos de confusión, ediciones Encuentro, Madrid 2018, 348 pp.