Esta novela arranca con una vindicación de la escritura y la construcción de un paisaje. Ese paisaje es fronterizo –entre México y Estados Unidos–, y en él irán apareciendo personajes, del pasado y del presente. Asoman misioneros, colonos y también los otros, los indios de las tribus ya civilizadas, o aún salvajes. Asoma una mujer –Camila– que huye por el desierto, y un hombre –el teniente coronel José María Zuloaga– que persigue por ese desierto a unos indios que han robado ganado. Y también el mito de Gerónimo, el apache rebelde, y un escritor que recorre esos parajes en busca de las huellas de la historia...
Y estos y otros personajes que se van sumando acabarán confluyendo en esta narración total y mestiza, suma de western, relato histórico, épica, leyenda y metaliteratura que reflexiona sobre cómo el pasado permea el presente y cómo se reconstruye y noveliza. Una obra de enorme ambición y de una perfección rara, deslumbrante, que confirma a Álvaro Enrigue como uno de los más destacados escritores en lengua española con proyección internacional.
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La crítica literaria, en la
La crítica literaria, en la contraportada de las novelas, es con frecuencia exageradamente laudatoria: "obra maestra", "un acontecimiento deslumbrante", "imprescindible"...
En este caso, a mi juicio, no se cae en el exceso; y son frases de autores prestigiosos, como Carlos Fuentes y Alberto Manguel. Las hago mías tras la lectura de esta novela: "Está prodigiosamente dotado para crear secuencias narrativas"; "Dueño de una pluma afilada y de una avispada inteligencia narrativa"; "La prosa de Enrigue es de una inventiva infinita".
El tema y el paisaje, la Apachería: un pueblo indígena combatido, hasta su extinción, por norteamericanos y mejicanos. El personaje, Gerónimo, su jefe legendario. Este trabajo de Enrigue supone un logrado entrelazamiento de historia documentada, incidencias realistas del autor y su familia en un viaje por el escenario de los hechos..., y una persecución heroica entre mejicanos, gringos y apaches, con la magia de la mejor ficción.
La obra dota de profundidad al conflicto actual en la frontera más famosa del mundo, y a ciertas reivindicaciones históricas que han resurgido. Es de utilidad leer el artículo "El indio Gerónimo hablaba español", de María Elvira Roca Barea (El País, Ideas, 6-1-2019), donde cita esta novela de Enrigue y su contexto histórico.
El relato tiene personajes bien dibujados, épica y ritmo narrativo. El vocabulario mejicano, abundante, se capta bien en su contexto. En fin, un compendio de western, crónica histórica, leyenda y metaliteratura.
No falta el humor, que quita hierro a algún que otro episodio cruel (y son las pocas escenas que podrían molestar a la sensibilidad del lector).
El libro tiene tres secciones: "Janos, 1836", "Album", y "Aria". La segunda, "Album", un tercio del total, complementa a las otras dos: resultará interesante para el lector curioso, y prescindible para el impaciente.
Álvaro Enrigue (Guadalajara, México, 1969) es profesor de literatura del s. XVII en Nueva York. Ha ganado varios premios literarios -entre ellos el prestigioso Herralde, en 2013- en América y Europa. Con obras como ésta va camino de hacerse un lugar destacado en la literatura contemporánea.