El famoso poeta Georg Philippe Friederich Leopold Von Handerberg, más conocido como Novalis (1772-1801), ha pasado a la historia, a pesar de su corta vida, como el poeta del romanticismo alemán, junto a Goethe y Schelling. Pertenecía a una familia noble y vivió siempre acomodadamente, entre idílicos castillos y mansiones, como el castillo de Oberwiederstedt (hasta los doce años). Su padre, que era minero y jurista, fue nombrado director de las minas de sal de Dürrenberg, en plena Sajonia. Vamos a comentar brevemente, la educación de tan digno e interesante personaje, de la mano del ensayista y biógrafo Antonio Pau.
Como bien nos recuerda el biógrafo la personalidad de Friederich, podría definirse como una síntesis del modelo de su padre, su tío y su preceptor. Del primero asimila el pietismo; el deseo de la salvación y la intuición divina por el sentimiento, que brota de la lectura de la biblia, a la vez que alababa la vida sencilla y hogareña, sin ambiciones excesivas. De su tío, como caballero teutónico y príncipe del rococó, era un hombre de mundo, amante del buen gusto, la buena comida y las conversaciones cultas. Finalmente, de su preceptor, que era un fiel discípulo de Kant, terminó siendo sacerdote para dedicarse a Dios y a difundir la filosofía de su maestro (18-19).
Asimismo, vivió en ciudades todas muy cercanas entre sí, como Weifenfels, Leipizg, Dresde y Tennestd, en el lugar del mundo con mayor densidad de Universidades de la importancia de Jena, Wittenberg, Erfurt, Leipzig y Wurzburgo (20-21). Precisamente, en los años en que vivió Novalis (1772-1801), impartieron su docencia y escribieron en aquellas universidades, personalidades de la categoría intelectual de Fichte, Hegel, Schelling Schlegel y Schiller.
Es muy interesante que el propio Novalis ha inventado una larga palabra en alemán que se traduce por “filosofar a la vez”, con la que expresa de manera muy gráfica, cómo aquellos profesores pasean por los campos y bosques de la zona hablando de filosofía, preguntas, respuestas, aportaciones, dudas y sugerencias. Es decir, construyen juntos una filosofía.
Junto a esto, nuestro autor nos hace fijarnos en otra palabra alemana de ese tiempo y lugar: “Geselligkeit”, algo así como sociabilidad, es decir, “el trato amistoso, confiado y también armonioso: solo hay ‘Geselligkeit’ si los que se tratan tienen un horizonte de valores común. En 1848 se funda la revista Der Gesellige, el sujeto que sabe mantener ese trato afectivo y armonioso. El lugar donde más adecuadamente se ejercita la Geselligkeit es la casa, y en especial la biblioteca” (22).
Finalmente, se refiere nuestro autor a la lectura conjunta, es decir los amigos se reúnen y leen un mismo libro, por tanto, discuten, comentan, expresan sus sentimientos y los ponen en común; descubrimientos técnicos y geográficos, novedades del pensamiento. A estas sociedades de lectura, han de añadirse las cartas entre amigos distantes, o entre sociedades de diversas. Como dirá Novalis “la carta es por naturaleza poética” (23).
José Carlos Martín de la Hoz
Antonio Pau, Novalis. La nostalgia de lo invisible, ediciones Trotta, Madrid 2019, 261 pp.