La vuelta al mundo de Lila 4. El silbido del desierto

Cuarto libro de la serie infantil titulada “La vuelta al mundo de Lila”. Como indica el título, la protagonista es Lila, que tiene casi diez años y forma parte de la compañía del famoso Cirque de la Lune. Este circo es de su tío Arsène, el director, un poco brusco y huraño, pero de gran corazón. Por supuesto, allí también trabajan los padres de Lila: papá Konrad, domador de insectos, y mamá Amélie, la mujer bala. Su mejor amigo es el trapecista Samir, de once años, que va siempre acompañado de su mono Simbad. En episodios anteriores, el circo ha viajado por Holanda, por España, por el sur de Inglaterra y los personajes han atravesado en barco el Canal de la Mancha con un tiempo húmedo y lluvioso; por ello, ahora prefieren viajar a un lugar más soleado.

En esta cuarta aventura, el Cirque de la Lune llega hasta Egipto, un país lleno de historia y de misterio. Allí, coinciden con una expedición arqueológica, financiada por el British Museum, donde Lila conoce a un joven acuarelista, Howard Carter (personaje real que años después será un arqueólogo famoso gracias al descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón). Los componentes del circo deciden acompañar a la expedición en su travesía por el desierto, un lugar lleno de peligros donde sufrirán todo tipo de penalidades: el acoso de los leones, una plaga de saltamontes, una tormenta de arena, etc. De esta forma, el relato se convierte en una fuente de conocimientos sobre Egipto: su geografía, su historia, su cultura y sus tradiciones.  

Los autores de esta serie son el matrimonio formado por Teresa Radice, escritora, y Stefano Turconi, ilustrador. De sus múltiples viajes, ha nacido su famosa serie “La vuelta al mundo de Lila”, de la que ya se han publicado varios libros. En ellos, una niña ingeniosa y optimista recorre el mundo con su familia y vive divertidas aventuras, supera contratiempos y va buscando el talento especial que la convertirá en una gran artista de circo. Con un estilo sencillo y ameno, los autores presentan la vida del circo en un ambiente cordial donde destacan las relaciones de cariño, amistad y ayuda entre todos sus miembros, acompañados de los sabios consejos del abuelo Tenzin, que habla poco pero se le da muy bien escuchar. En cuanto a las ilustraciones de Stefano Turconi, son dibujos alegres, llenos de color, que representan de forma adecuada a los diferentes personajes con sus características propias, así como los escenarios (muy coloridos) en los que se desarrolla la acción.