“¿Cómo hablar de Dios hoy?” Podría ser el título de una charla o conferencia, pero es un libro, de hace ya unos pocos años, de un personaje ya bien conocido por sus muchas obras, Fabrice Hadjadj. Rompedor y sugerente en muchas de sus obras, en esta, desde el principio, se advierte una línea más seguida, más clásica. El motivo, seguramente es que procede de una conferencia pronunciada en 2011 en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos.
Advierte desde el principio que es peligroso empezar por el cómo. Que es más lógico plantearnos de qué vamos a hablar y por lo tanto centrarnos en Dios. Es, sin duda lo más interesante. Pero teniendo en cuenta que hay muchas cosas escritas sobre Dios, podríamos fijarnos más en el cómo, aunque advierte el autor que en el título de la conferencia y del libro hay algo que resulta más preocupante y es el hoy. Porque hablar de Dios hoy no es lo mismo que haberlo hecho hace 30 años, por ejemplo. O sea, el hoy se presenta a nosotros como una dificultad.
El ambiente es contrario a la religión. Ambiente occidental, me refiero. No de la misma manera en todos los sitios. Los políticos ponen pegas, procuran evitarlo. Los docentes universitarios no quieren saber nada, ni para bien ni para mal.
He leído en el boletín del 16 de febrero de Gaudium Pres la siguiente noticia:
“La oficina de derechos humanos de la ONU focaliza su ataque hacia los principios religiosos de estos grupos Pro vida y Pro familia, al solicitar cualquier “ejemplo en el que el concepto de género se haya utilizado en narrativas religiosas o de tradición, valores tradicionales o protección de la familia” en oposición a las nuevas leyes y políticas LGBT”.
La oficina de derechos humanos de la ONU vigila para que nadie diga nada en contra de la ideología LGBT. Ya no solo están en contra de la naturaleza de las cosas, que defiende el cristianismo, la naturaleza creada por Dios, sino que advierten que están vigilando. Cuidado con lo que dices, con lo que escribes, porque van a por ti. Obviamente, en este ambiente, totalmente ateo, la pregunta ¿Cómo hablar de Dios hoy? no es fácil de contestar. El cómo y el hoy se presentan difíciles.
Nos encontramos con tantas personas que se pondría nerviosas si les habláramos de Dios… Como dice Hadjadj, alguno te preguntará “¿Por qué me hablas de Dios cuando estoy contigo? Háblame de ti, háblame de mi, hablemos de nosotros, de este vaso de vino que vamos a vernos juntos, ¿no es eso lo que salta a la vista? ¿por qué me remites a algo que no ves, y no acoges lo que sí ves? ¿Porque me hablas de Dios ante esa chica radiante que acaba de cruzar la calle o ese precioso sol que ilumina este día? ¿No huyes acaso de la realidad de las cosas y, debajo de tus llamadas al amor, no está colmado tu corazón de resentimiento? (p. 38).
Lo que es fuente de paz, de alegría, de serenidad para el creyente, es nerviosismo para el ateo. No hay que perderlo de vista.
Ángel Cabrero Ugarte
Fabrice Hadjadj, ¿Cómo hablar de Dios hoy?, Nuevoinicio 2013