El libro recoge las experiencias del autor en la Guerra Civil española (1936-1939), a la que había acudido para combatir a favor de la República. Se refiere especialmente a la persecución que desarrollaron los comunistas contra otros grupos políticos que también combatían contra Franco (Davison, pág.65).
El título es engañoso. Orwell no pasó de Cataluña, pero los hechos que relata se dieron en toda España y el autor se refiere con carácter general a los españoles.
Igual que las obras posteriores del mismo autor Rebelión en la granja y 1984, Homenaje a Cataluña supone una crítica del estalinismo.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2013 | DeBolsillo-RandomHouse Mondadori |
272 |
978-84-998-9087-6 |
Original de 1938. |
2003 | Fábula Tusquets |
185 |
978-84-8383-149-6 |
Incluido en el libro Orwell en España, páginas 65 a 250. |
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Al comenzar la Guerra Civil
Al comenzar la Guerra Civil española (1936-1939) George Orwell es un escritor británico de izquierdas, un idealista que piensa que su deber es participar en la lucha contra el fascismo en España. Ya en Barcelona, el escritor es enviado al frente de Aragón con la 29 División. Estaba integrada por milicianos del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), disidentes del Partido Comunista. "Casi por casualidad -escribe el autor- me encontraba con los elementos más revolucionarios de la clase obrera española" (pág.221).
Frente al POUM se alza el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) en el que predominan los militantes comunistas. La URSS había comenzado a suministrar armas a la República y el Gobierno tuvo que plegarse a sus exigencias; entre otras que se eliminase al POUM al que los comunistas calificaban de trotskyfascistas. El partido fue ilegalizado y sus militantes encarcelados bajo la acusación de traición y espionaje a favor de Franco y Hitler. El autor denuncia la táctica comunista de calumniar a los enemigos políticos y razona la falsedad de dichas acusaciones (pág.248). Con flema británica concluye que "la calumnia no soluciona nada" (pág.249).
Fuera de nuestro país la prensa antifascista presentaba la Guerra Civil española como una lucha por la democracia. "Educados republicanos que sofocan una revuelta militar" -escribe burlonamente Orwel (pág.209). Pero en la península el ambiente era muy distinto. Los comunistas habían impuesto un régimen de terror en la retaguardia y las cárceles se llenaban de disidentes políticos sin reflexionar en los efectos que esto iba a tener en el resultado de la guerra. Juan López, miembro del Gobierno, proclamaba que "el pueblo español no derrama su sangre por la república democrática ni por una Constitución de papel, sino por (...) una revolución" (pág.210).
Las observaciones de Orwell son importantes. Se ha pretendido que la Guerra Civil la provocaron los militares levantándose contra la legalidad republicana. Ya hemos visto como no fue así. Indalecio Prieto ministro de Defensa, Julián Zugazagoitia ministro del Interior, y Juan Irujo ministro de Justicia reconocieron a una delegación británica que "no fue el Gobierno quien decretó la detención de los militantes del POUM, sino la policía que actuó por cuenta propia" y que "estaba dirigida por elementos comunistas extranjeros" (pág.245). Prieto dio a entender a los parlamentarios ingleses que "el Gobierno no podía contrariar al Partido Comunista mientra los rusos proporcionaran las armas".
Orwell justifica las contradicciones en el seno del Gobierno por el hecho de que el Frente Popular, que había vencido en las elecciones de enero de 1936, era básicamente una alianza entre enemigos: la burguesía y la clase obrera. "Parecía lógico que uno de los socios acabase por comerse al otro" (pág.213). Concluye asegurando que "nadie imaginaba que la democracia tuviese alguna posibilidad cuando finalizase la contienda, en un país tan agotado y dividido" (pág.163). Orwell y otros voluntarios británicos optaron por abandonar el país. El autor lamenta el destino de los voluntarios que desaparecieron en las cárceles de la República, como su amigo Bob Smillie o el que había sido su superor en el frente, el belga Georges Kopp.
Opina que al final de la guerra se impondrá en España algún tipo de fascismo de izquierdas o de derechas, pero considera que "los españoles poseen una generosidad, una especie de nobleza que incluso el fascismo adoptaría allí una forma relativamente flexible y soportable" (pág.198). Un vaticinio sorprendente. Nadie lo hubiera dicho pero fue eso precisamente lo que sucedió.
Homenaje a Cataluña es una obra didáctica sobre la II República, la Guerra Civil y la influencia que llegó a tener Stalin sobre ambas. Se lee fácilmente.