Buscar la verdad

 

Es muy interesante que ediciones Encuentro haya querido publicar, en tan poco espacio de tiempo desde la edición en inglés (2020), hasta la traducción en castellano del reciente trabajo del periodista, ensayista e investigador norteamericano Rod Dreher (Lousiana 1970), sobre el panorama cultural y religioso en Estados Unidos y en Europa. Al pesimista análisis le ha añadido una solución urgente: la búsqueda de la verdad personal y colectiva de los creyentes en Jesucristo.

En efecto, el anterior trabajo titulado “la opción benedictina” (Encuentro, Madrid 2018, 312 pp), produjo bastante un gran impacto en España, aunque debido al análisis tan pegado a la mentalidad de los Estados Unidos provocó, también, disparidad de opiniones, sobre todo ante la desconcertante propuesta: “Opción benedictina” quiere decir, convertir la Iglesia en una especie de cadena de monasterios benedictinos, urbanos y rurales, donde mantener la fe verdadera y, eso sí, pasado el temporal salir a recristianizar Europa y el mundo entero, como hicieron en Europa y las Islas Británicas desde el siglo VII los hijos de san Benito.

Al leer este trabajo a la luz del anterior se confirma claramente que la conversión del autor desde el catolicismo a la Ortodoxia, es verdaderamente una cuestión de mentalidad, puesto que no hay ni referencias a la liturgia, ni a la Tradición Oriental, ni al modo de enfocar el Primado de Pedro y de los Patriarcas en el ejercicio del primado del primer milenio. Más bien, se nota su falta de empatía con la Iglesia Católica en que no hay referencias a la familia evangelizadora, a la santidad y al apostolado de los laicos según ha recordado recientemente el Concilio Vaticano II, ni a la transformación del mundo desde dentro mediante los sacramentos y la vida santa de los cristianos, etc.

La percepción de la realidad de nuestro autor corroborada ampliamente a lo largo del trabajo con encuentros personales con sobrevivientes del comunismo ruso, sobre todo ortodoxos, le han mostrado que la actual sociedad democrática y de consumo puede mutar hacia un totalitarismo basado en las más rudas y burdas practicas marxistas e imponer un comunismo de puras raíces. De esa manera, la solución sería retomar la “opción benedictina” de su anterior trabajo y formar grupos de familias cristianas que aprendan a vivir el cristianismo con radicalidad y con una honda fraternidad. De ese modo, las conversaciones con los ortodoxos que sobrevivieron a la persecución comunista en Europa antes de la caída del muro están todos de acuerdo en esos dos principios fundamentales: vivir en la verdad con Dios con el mundo y con la sociedad y fundar comunidades pequeñas familiares entrenadas para resistir.

Como complemento de este trabajo, vale la pena releer el sólido y documentado trabajo de Andrea Riccardi, fundador de las Comunidades de San Egidio y Catedrático de Historia de la Universidad de la Sapienza de Roma, sobre los mártires católicos de la persecución comunista en Europa en el siglo XX (El siglo de los mártires. Plaza & Janés Editor Barcelona 2001), así como conocer el optimismo y la vitalidad que transmiten tantas familias cristianos del mundo entero en tantas páginas web.

José Carlos Martín de la hoz

Rod Dreher, Vivir sin mentiras. Manual para la disidencia cristiana, ediciones Encuentro, Madrid 2021, 236 pp.