Este poemario se divide en tres partes: Tópicos, con dieciocho poemas; Sitios, con catorce poemas; y Comuniones, con doce poemas. En la primera, el tono es más irónico y reflexivo, mientras que, en la segunda y en la tercera, se resalta lo biográfico, pues abundan las referencias a lugares y a hechos concretos: en Sitios, de un modo más descriptivo y en Comuniones, más íntimo y subjetivo. La extensión de los poemas es variada, pues los hay muy breves y otros, sobre todo en la segunda parte, más extensos. El lenguaje es claro, sin hermetismos, con imágenes sugerentes y con un ritmo en el que juegan un papel destacado las rimas asonantes tanto en el interior como al final del verso. El autor nos invita a reflexionar sobre la existencia a partir de la experiencia cotidiana, con un tono sereno, y haciendo en unos poemas más hincapié en la ironía elegante, mientras que en otros destaca un sobrio lirismo. Luis Ramoneda
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Este poemario se divide en tres partes: Tópicos, con dieciocho poemas; Sitios, con catorce poemas; y Comuniones, con doce poemas. En la primera, el tono es más irónico y reflexivo, mientras que, en la segunda y en la tercera, se resalta lo biográfico, pues abundan las referencias a lugares y a hechos concretos: en Sitios, de un modo más descriptivo y en Comuniones, más íntimo y subjetivo. La extensión de los poemas es variada, pues los hay muy breves y otros, sobre todo en la segunda parte, más extensos. El lenguaje es claro, sin hermetismos, con imágenes sugerentes y con un ritmo en el que juegan un papel destacado las rimas asonantes tanto en el interior como al final del verso. El autor nos invita a reflexionar sobre la existencia a partir de la experiencia cotidiana, con un tono sereno, y haciendo en unos poemas más hincapié en la ironía elegante, mientras que en otros destaca un sobrio lirismo. Luis Ramoneda