Un diálogo fructuoso

 

La pregunta acerca de las raíces culturales de Europa se ha convertido en un verdadero campo de batalla en los medios de comunicación y en las grandes editoriales de modo que se están editando en muchos lugares del continente libros acerca de la cuestión, debates, congresos, etc.

En concreto el libro coordinado por Agustín Domingo Moratalla y publicado en CEU ediciones acerca de la llamada “batalla cultural”, que ahora deseamos presentar, es indudablemente un eco del recientemente publicado en París por Eugene Basté sobre “la guerra de las ideas”, y tiene toda la actualidad de la confrontación actual en Europa entre el humanismo cristiano y las culturas emergentes del populismo y de la posmodernidad.

La obra del profesor Domingo Moratalla está escrita por casi una veintena de pensadores cristianos, todos ellos intelectuales de evidente prestigio procedentes de diversos ángulos de la cultura española y redactados desde muy diversas vertientes y opiniones.

Lo primero que me ha venido a la cabeza, y coincido en esto con muchos de estos pensadores, es la llamada del Concilio Vaticano II al diálogo con el mundo, con la cultura contemporánea para construir juntos la civilización del amor, como ha recordado el papa Francisco en la Encíclica “Frattelli tutti”.

Efectivamente, la Iglesia abrió un diálogo sincero con el mundo para poder aportar los valores cristianos y la amplísima historia de la Iglesia y su experiencia en el hombre y en la sociedad a todos los hombres de buena voluntad que desean construir una sociedad justa y solidaria.

Muchos de los autores han recordado que la “batalla cultural” consiste en primer lugar, en vivir la fe cristiana con la naturalidad de la coherencia y mostrar como la fe y la identificación con Jesucristo convierte nuestras vidas en auténticas vidas logradas, en la armonía de las virtudes (241).

Hablar de diálogo, tender la mano. Requiere hablar y explicarse mejor lo que cada uno pensamos que puede ayudar al bien común al conjunto de la sociedad, para que el progreso social sea acorde con la dignidad de la persona humana. Por tanto, ni es contracultural, ni es alternativo (241).

De hecho, desde esa fe hecha cultura, como decía Juan Pablo II, se puede aportar variadas  soluciones, todas ellas acorde con la dignidad de la persona humana y, por tanto, puede entablarse un fructífero diálogo (251).

La conclusión de este trabajo es una gran llamada a todos los intelectuales cristianos a continuar trabajando: hablar, escribir, proponer, dialogar, participar en los debates, programas de radio, actuar en la prensa y demás medios de comunicación. No podemos desertar, ni tampoco encapsularnos (254).

José Carlos Martín de la Hoz

Agustín Domingo Moratalla (coord.), ¿Librar la batalla cultural? De la cultura pensada a la cultura vivida, CEU ediciones, Madrid 2021, 295 pp.