El profesor Andrea Riccardi (Roma 1950), catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad “de la Sapienza” de Roma y fundador de las Comunidades de San Egidio, comienza la obra que ahora presentamos con una magnífica descripción del pavoroso incendio de la catedral de Notre-Dame de París en el verano de 2019 y añade que para muchas personas: “hasta que no se vio que podía quedar pulverizada no se descubrió la importancia de Notre-Dame” (10).

La enumeración de las diversas reacciones sobre el incendio en los diversos estratos sociales y ámbitos culturales de Francia, así como un breve recorrido histórico de la catedral de París hasta nuestros días, le servirá para hacer un “status quaestionis” de la situación de la Iglesia en Francia y le llevará a exclamar: “Hoy somos menos cristianos, pero también hay menos anticristianos” (13).

Inmediatamente, volverá al epígono del Concilio Vaticano II donde se habían puesto tantas esperanzas, y citará  unas palabras de san Pablo VI sobre el gran florecimiento en la Iglesia, pero que, en su lugar, trajo el fenómeno de la contestación que llevó a la Iglesia a la autodestrucción y que había hecho verdadera mella pues, tras el pontificado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, han rebrotado virulentamente: con toda fuerza las raíces ocultas del modernismo para mostrar cómo los “problemas concretos existen y no son coyunturales” (22). Seguidamente volverá nuestro autor al famoso discurso de Ratzinger de 1969 sobre la minoría cristiana y las minorías creativas que, en un primer momento, se verán fortalecidas en su formación y atención personal y, después, serán como la levadura en la masa (40-42).

Las páginas siguientes se dedicarán a la descripción sociológica de la Iglesia en los diversos países de modo bastante pesimista y sin apenas referencias ni a los síntomas esperanzadores ni a las nuevas vocaciones sacerdotales y de los movimientos apostólicos, ni a la calidad apostólica y formativa del nuevo clero. Efectivamente, la revisión de los datos de vocaciones y práctica sacramental en los últimos años en Europa es alarmante, según los datos aportados por el autor en la Europa reciente, en Francia, Italia, España, Portugal y Alemania.  En cambio, los resultados son más positivos y esperanzadores en África, Asia y América, tanto que el profesor Riccardi se hace eco de quienes sugieren un cambio de eje central de la Iglesia, olvidando quizás que Cristo quiso que la sede de Pedro fuera Roma (69).

Finalmente, en la última página aporta la clave hermenéutica para entender este extenso trabajo: “las páginas de este libro están plagadas de observaciones históricas, pero, llegando ya a la conclusión y, hablando de futuro, siento que mi pensamiento se hace más personal, lleno de esperanzas y animado por lo que creo” (255). Es decir, a lo largo del trabajo ha mirado la Iglesia y su acción desde el punto de vista histórico, sociológico, psicológico, y finalmente, lo contempla con la fe del que sabe que es hijo de Dios en Cristo y que la barca de Pedro no se hundirá.

José Carlos Martín de la Hoz

Andrea Riccardi, La Iglesia arde. La crisis del cristianismo hoy: entre la agonía y el resurgimiento, ediciones Arpa, Barcelona 2021, 278 pp.