La lectura de los textos que conservamos del catedrático de Prima de la Facultad de Teología de Salamanca en el siglo XVI, el dominico Francisco de Vitoria (1483-1546) y del catedrático de Vísperas, el también dominico Domingo de Soto (1494-1560), su discípulo más querido y más prolífico, indican que los renovados principios del tomismo en la Escuela de Salamanca en el siglo XVI, siguen siendo una clara e indispensable referencia para la historia de la economía y también para la moral económica o filosofía política de nuestros días.
Precisamente el Centro Diego de Covarrubias que ha editado este libro del eminente escritor Charles Gavé, debe su nombre a la figura y la obra del Presidente del Consejo de Castilla y obispo de Segovia Diego de Covarrubias (1512-1577), quien después de haberse formado en ese ambiente y de haber dedicado mucho tiempo al estudio y a la investigación en la cátedra de Cánones de Salamanca, fue llamado a las altos servicios de la judicatura en la Audiencia de Granada donde dedicó un tiempo precioso al estudio y a la experiencia de Oidor en tantos procesos para después redactar comentarios al corpus, relecciones, etc.
En estos últimos años hemos tenido la fortuna de descubrir y publicar cinco libros de tratados de contratos, cambios y contabilidad, redactados por confesores que recibían a los mercaderes y, no solo resolvían sus dudas de conciencia, sino que con los principios de la dignidad de la persona que desarrollaron en Salamanca, les abrían horizontes de vida cristiana, honradez, caridad y, sobre todo, les mostraban como podían ser cristianos en este noble empleo que produce tantos frutos en el bien común de la sociedad.
La conclusión a la que hemos llegado de la lectura del libro “un liberal llamado Jesús” es que el contenido contiene muchos aciertos, pero el título del libro no es correcto. En nuestra opinión debería hablarse de raíces cristianas del pensamiento liberal en materias de economía, en cuanto que el autor ahonda en las escenas del Evangelio, sobre todo del taller de Nazaret, de los pasajes y escritos en el Nuevo Testamento, para concluir cosas tan cristianas como que hay que trabajar por amor a Dios y por el bien común, que debemos pagar nuestros impuestos y colaborar en el desarrollo de la sociedad.
Respecto a las ganancias y a la mejora de la situación de su hogar y de su tierra, evidentemente Jesucristo, que todo lo hizo bien, sería honrado en las relaciones económicas con sus conciudadanos, además ayudaría a los demás en la medida de sus posibilidades y sería justo. En definitiva, viviría la armonía de las virtudes y colaboraría con su trabajo. Los milagros los dejaría para luego, para cuando había que corroborar la doctrina y mostrar que era el hijo de Dios y el Mesías, y siempre sin beneficio propio.
Es claro que muchos de los principios que sostiene nuestro autor desde las primeras páginas: el libre mercado y el respeto a la vida (12), los encontramos en la vida de Jesucristo pues son principios de derecho natural y Cristo era verdadero hombre. Por eso la Doctrina social de la Iglesia se puede vivir en esa actual ideología liberal expresada por el autor, sin necesidad de decir que Jesús era liberal.
José Carlos Martín de la Hoz
Charles Gavé, Un liberal llamado Jesús, ediciones Unión editorial, Madrid 2021, 159 pp.