Confianza filial

 

Antonio Aranda Lomeña, profesor Ordinario de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y miembro de la Pontificia Academia Mariana Internacional, ha reunido en el libro compilatorio sobre la Santísima Virgen que ahora presentamos, un conjunto de trabajos de investigación, artículos, conferencias, etc., todos ellos dispersos y de difícil localización.

Es interesante hacer notar que, ya desde el inicio, ha subrayado nuestro autor fuertemente que para el cristiano corriente la  primera y más profunda convicción es la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en la sagrada eucaristía, e inmediatamente, subrayará que la vida cristiana se fortalece en la profunda convicción de la confianza filial en Dios y en María (14).

Indudablemente, nuestro autor indicará claramente que el origen total de todos los privilegios marianos “El pueblo cristiano ha comprendido que la maternidad espiritual de María no es simple denominación de un título sino clara indicación de una eficaz función maternal de auxilio e intercesión, que es como decir de mediación (…). Este dinamismo de fe está siempre reclamando una atenta consideración por parte de la teología” (15).

Seguidamente, el profesor Aranda recordará que, como en todas las cuestiones teológicas que se aborden desde el Concilio Vaticano II, la mariología, ha de ser también propuesta en clave trinitaria. En palabras de Mons. Fernando Ocáriz: “Hija del Padre y Madre del Hijo por el Espíritu Santo” (38). Cuestión que desea recordar a toda la teología en adelante y a todos los lectores (57).

Lógicamente, todas las cuestiones marianas y trinitarias deberán ir en plena conjunción con el misterio de la encarnación de nuestro Señor Jesucristo: “La realización histórica del misterio de Cristo, lo que Dios ha querido hacer y darnos a conocer con la encarnación redentora del Verbo eterno, comprende inseparablemente, conforme a la doctrina de la fe, tres inseparables acontecimientos: su hacerse hombre en el seno purísimo de la Virgen de Nazaret, su voluntaria muerte sacrificial en la cruz y su gloriosa resurrección” (60).

Es interesante recordar, por tanto, que estamos hablando de persas, como María en las que Dios Padre ha volcado los tesoros de la gracia y, aunque nosotros, pobres y limitados hombres, distingamos para conocer y amar, en realidad todo se realiza en una profunda unidad: “La teología, al reflexionar sobre dicho misterio, debe esforzarse en no separar de ningún modo, ni siquiera metodológicamente, maternidad y virginidad, pues constituyen una indivisible unidad revelada” (78),

Finalmente, como ha subrayado el Santo Padre Francisco desde el comienzo de su Pontificado hemos de acudir a los ojos misericordiosos de la Virgen para que sostenga al Pueblo cristiano y a cada no de nosotros en el camino de la paz, del perdón y de la caridad de modo que alcancemos la salvación en Cristo (84).

José Carlos Martín de la Hoz

Antonio Aranda. Madre, mediadora, maestra. Escritos de mariología, ediciones eunsa, Pamplona 2021, 399 pp.