El Pueblo de Dios

 

Con este atractivo título se recoge en el Concilio Vaticano II, en la Constitución “Lumen Gentium” sobre la Iglesia, una de las varias maneras de expresar la unión entre Cristo y su Iglesia, como lo es también el concepto de Comunión. De hecho, el teólogo Pedro Rodríguez, expresaba que la Iglesia de comunión podría definirse de este modo: “La Comunión de Dios Padre con sus hijos los hombres, y entre sí, en Jesucristo por el Espíritu Santo”.

El cardenal Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Comité para las relaciones entre los judíos y los cristianos (1999-2010), ha recogido en el volumen que ahora presentamos un conjunto de discursos que pronunció durante aquellos años y que reunidos dan una idea bastante actualizada de los pasos que se fueron dando en estas materias.

Evidentemente, la primera conclusión es que el tema es bastante complejo y de difícil avance como muestra el documento clave de la cuestión, “Nostra Aetate”  (1965) del Concilio Vaticano II que expone magisterialmente los puntos de partida para un diálogo y los límites del mismo: sobre todo suelen resumirse en dos: el primero acerca de cómo Jesucristo cumplió todas las profecías mesiánicas como fue objeto de la disputa en Tortosa en 1413. Evidentemente, el segundo, sería el referente al título de que la salvación se opera por Jesucristo, objeto de la teología católica hasta nuestros días.

En cualquier caso, el hecho de que se reconozca el diálogo y que los judíos hayan visto con agrado los cambios operados en algunas oraciones de la liturgia, por ejemplo, del Viernes Santos evitando la antigua expresión “los pérfidos judíos” y, por supuesto, la positiva valoración de las autoridades judías del gesto de san Juan Pablo II al visitar, en los comienzos del Pontificado, la Sinagoga de Roma y exclamar que los judíos son padres en la fe de Abraham para los cristianos.

Evidentemente, todavía se pueden dar muchos pasos, sobre todo, en el camino de recuperar la confianza y, por ejemplo, explicar que el Romano Pontífice, Pío XII, como muestran los Archivos Vaticanos recientemente abiertos, hizo mucho, por salvar muchos judíos del exterminio nazi.

Asimismo, el cardenal recuerda una u otra vez, pues al ser una colección de discursos ordenados por orden cronológico, es verdaderamente inevitable que, en muchos de ellos, por las circunstancias y la ocasión el cardenal sea reiterativo, y es bueno aprovechar para reiterar la condena de la barbarie nazi de la Shoah (97).

También cabe esperar que las autoridades judías vayan reconociendo y pidiendo disculpas por los famosos textos del Talmud por su carácter blasfemo e injusto con la figura de Jesucristo, como tantas veces ha denunciado la Iglesia ante las autoridades judías de las comunidades de la diáspora (43). En cualquier caso, el trabajo es interesante y lleno de fina caridad con los judíos y hay una llamada a buscar juntos la paz y la caridad en el mundo (139).

José Carlos Martín de la Hoz

Walter Kasper, Judíos y cristianos: el único pueblo de Dios, ediciones Sal Terrae, Santander 2022, 174 pp.