El alucinante uso del tormento en los procesos civiles a lo largo de la historia ha constituido siempre una acción verdaderamente desconcertante, sobre todo ante la flagrante realidad de la dignidad de la persona humana.
En esta línea acaba de traducirse al castellano el interesante trabajo del profesor Massimo La Torre, catedrático de Filosofía del derecho y profesor de la Universidad “Magna Graecia” de Cantazaro, en Italia, verdaderamente un especialista en historia del derecho y, entre otros temas, el de la tortura y el derecho.
Precisamente, nuestro autor arranca con la sorpresa de “Defender lo indefendible”, pues verdaderamente es desconcertante admitir el uso de la tortura en un proceso jurídico en pleno siglo XXI, pero todavía es más increíble encontrar autores que pretendan justificarla, pues eso ya raya en la ignorancia de la antropología humana y del estado de derecho.
Nuestro autor señala desde las primeras líneas la indecencia de hablar de semejante materia y mucho más justificarla, pues aunque exista violencia en nuestro tiempo, nunca debemos ignorar que la violencia no es útil ni para vencer ni para convencer.
De hecho, el profesor La Torre denomina a esos pensadores “partidarios del puzle filosófico”, pues mezclan argumentos y situaciones injustificables, como la violación de una mujer o de un niño (15).
Es interesante que Habermas el filósofo alemán más importante del momento actual rechazara intervenir en un debate público sobre la materia, pues lo consideraba obsceno e improcedente (16).
Indudablemente, nuestro autor sitúa la condena de la tortura a la Ilustración y la enciclopedia, cuando ya antes los juristas escolásticos del XVI la habían condenado en los procesos eclesiásticos y civiles por oponerse a la dignidad de la persona humana.
En cualquier caso, Massimo La Torre recurre al problema derivado del 11-S y del problema reciente del terrorismo y recuerda que se han levantado voces a favor de usar la tortura para acabar con esos problemas, pero claramente se decanta por continuar con la prohibición mundial de la tortura de hecho y de derecho (24).
Es interesante, nos recuerda nuestro autor volver sobre el pasado y comprobar cómo el derecho romano fue un paso muy importante en la aceptación del concepto de persona que sumado a la concepción cristiana del hombre como “imagen y semejanza de Dios”, pujarían a lo largo de toda la historia del derecho para ir llegando a un ordenamiento jurídico actual basado en los derechos humanos y con un alto nivel de comprensión de la riqueza de la naturaleza humana. Precisamente esa dignidad de la persona humana hace que se haya avanzado enormemente en la construcción de una sociedad justa, solidaria e indudablemente y humanitaria.
José Carlos Martin de la Hoz
Massimo La Torre, La justicia de la tortura. Sobre derecho y fuerza, editorial Trotta, Madrid 2022, 172 pp.