El sacerdote e intelectual checo Tomás Halik, consultor de varias Dicasterios romanos, nos ofrece en este magnífico trabajo un buen análisis de la situación de la Iglesia Católica en occidente “La fe en Cristo es el camino de la confianza y el coraje, el amor y la fidelidad. Es un movimiento hacia el futuro que Cristo ha abierto y al que nos invita” (20). Enseguida nos recordará con Teófilo de Antioquía: “Si me dices muéstrame a tu Dios” te responderé: “Muéstrame a tu hombre y te enseñaré a mi Dios” (A Aulólico, Ciudad Nueva, Madrid 2004, lib 1, 2, 7).
Enseguida analizará el diálogo interior de un hombre con fe débil: “La fe y el escepticismo no pueden separarse y diferenciarse inequívocamente, sobre todo hoy, en un mundo globalizado en el que numerosas posturas y corrientes espirituales se influyen mutuamente, y en la mente de muchas personas se entremezclan” (27).
Respecto a la Vocación nos dirá: “Este recibimiento mutuo entre el humano y Dios (dialógico) no es un acto que sucede una sola voz, es una historia, un proceso que se va desarrollando” (31).
Respecto a la relación entre Escritura y Tradición valorará: “La Biblia es parte de la tradición y a ella pertenece no solo la historia de su origen, sino también, en cierto sentido, la continuación de la historia de sus interpretaciones y su vida en la Iglesia y en la cultura” (45). Y añadirá enseguida: “Pienso que el cristianismo del mañana será sobre todo una nueva hermenéutica de la sociedad, una nueva lectura, una interpretación nueva y más amplia como ambas fuentes de la revelación de Dios: las Escrituras y la Tradición” (88).
Después, se detendrá a considerar la actual crisis de vocaciones en el mundo entero y especialmente en la civilización occidental. Lógicamente, como ha expuesto repetidamente el papa Francisco, concluirá que ni la ordenación sacerdotal de hombres casados ni la de diaconisas solucionaría el problema, sino que hay que buscar soluciones creativas para formar hogares cristianos con los que broten las vocaciones al sacerdocio y, posteriormente, alcanzar pronto una más equitativa redistribución del clero (94).
Indudablemente, los medios de información y las nuevas tecnologías han superado las distancias pero no han traído cercanía (149). El. mundo está interconectado, pero no está unido (150). El autor sugiere estar en una nueva “ilustración” (161).
Finalizaremos con lo siguiente: “El mensaje evangélico se hace verosímil por el hecho de que, a través del testimonio de vida de los cristianos, es evidente que Cristo vive en ellos, en su fe, en su esperanza y, sobre todo, en el poder y la autenticidad de su amor solidario” (170).
José Carlos Martín de la Hoz
Tomás Halik, La tarde del cristianismo. Valor para la transformación, Herder, Barcelona 2023, 294 pp.