Fernando Gil González, profesor de derecho Romano de la Universidad Juan Carlos I de Madrid, ha elaborado una magnífica introducción al derecho romano presentando las fuentes tanto jurídicas como históricas de modo didáctico y con el suficiente rigor y amenidad.
Precisamente, en esta “Breve historia del derecho Romano”, prima el carácter histórico frente al jurídico y, especialmente, en su proyección en la antigüedad y en el medievo y su recepción posterior por la civilización occidental.
El autor ha decidido marcar los diversos periodos de su historia junto a las características sociológicas del desarrollo del derecho romano desde sus inicios hasta la caída del imperio romano que establece nuestro autor en este magnífico trabajo de investigación.
Nuestro autor comienza por volver a los comienzos, es decir con la Ley de las XII Tablas que establecía la distinción radical entre Patricios y plebeyos, por ejemplo, con la prohibición de matrimonios mixtos (24) y que, posteriormente, en el 286 a.C., fueron sustituidas esas clasificaciones en la de pobres y ricos (25).
Las conquistas romanas, como las primeras guerras púnicas, con las que se conquistó Sicilia, la segunda Cartago y poco a poco se fueron desarrollando campañas hasta la llegada de Octavio quien en el 30 a. C. logró la llamada paz octaviana o plenitud de les tiempo y la llegada del mesías (56-57).
Es muy interesante la apreciación del abundante número de esclavos que existían en Roma, lo cual era una gran ventaja para los patricios pues no eran reclutados por el ejército y resultaban una mano de obra valiosa y habitualmente fieles a sus amos, mientras que los hombres libres eran periódicamente llamados a las armas o a puestos de confianza de las organizaciones romanas en los diversos imperios que eran conquistados (62).
Fernando Gil González, se detiene en el derecho penal de manera mu especial pues sus avances fueron muy celebrados en orden a la estabilidad de Roma y del imperio al perseguirse “tanto los delitos contra la propiedad privada, como el asesinato y, en general, los “crimina publica” (81).
La conclusión de Fernando Gil González es clara y determinante: “Los romanos se convirtieron en los fundadores de la ciencia jurídica porque fueron capaces de combinar su talento organizativo y su talante jurídico con los principios de la filosofía griega” (97).
José Carlos Martín de la Hoz
Fernando Gil González, Breve historia del derecho Romano, editorial Amarante, Madrid 2022, 222 pp.