Es muy interesante que Javier Gomá Lanzón, quizás el filósofo español más influyente en nuestros días, haya querido dedicar su último ensayo a la cuestión de la ejemplaridad, precisamente en este tiempo donde ha entrado en crisis el concepto de poder, adoctrinamiento y el de la mera influencia. La obra se dividirá en cuatro partes: el método, la ontología, la pragmática y la poética. Cada una de esas partes o facetas del estudio de la ejemplaridad estarán sólidamente fundadas desde la rica experiencia de los filósofos y de los pensadores de nuestro tiempo y en los finos análisis del autor.
Resulta clarificador que califique a la ejemplaridad como una vocación, a la que todos estamos llamados, y que caracteriza con lo siguiente: “La vocación se compone de dos elementos: “visio et missio” (22). Es decir, en primer lugar, “la visión” que da sentido a la entera existencia. Es más, el ángulo de la visión es quien unifica los intereses aparentemente dispersos en una única tensión de vida y enfoque de la entera existencia. En segundo lugar, la “misión”. La misión que cada uno ha recibido para madurar, para realizarse, para aportar un granito de arena, con la propia enseñanza de vida a los congéneres y a los que nos sucederán en los diversos quehaceres de la vida.
Inmediatamente, llevará a cabo un profundo y prolijo estudio de la ejemplaridad a lo largo de la historia e irá caracterizando los diversos periodos hasta nuestros días tomando como hilo conductor la ejemplaridad tal y como ha sido definida. La pregunta que queda en el aire es: “¿En una sociedad democrática todos son igualmente modelos de ejemplaridad?” (39). El profesor Gomá demuestra ser muy poco ingenuo y, por tanto, no se deja engañar por frases bonitas o utopías irrealizables. Conoce bien que el poder “tacha a la ejemplaridad, en el fondo, de pretensión ingenua” (43).
En cuanto a la ontología, Gomá vuelve al titulo del libro para diferenciar entre personal e impersonal y entre universal abstracto y universal concreto (49), marcando la ontología de la ejemplaridad (49). Por eso dirá: “El ser del ente personal es la ejemplaridad mientras que el del impersonal está en el concepto” (63). Enseguida, añadirá sobre la ontología: “Sobre el fluir del tiempo, donde pasan a la deriva la perfección y el escándalo, la dignidad y la miseria, el mortal de breve vida ha de construir la historia del universal concreto” (80).
Terminado el análisis ontológico del ser “entendido como el universal concreto del ejemplo”, nuestro autor abordara con presteza “la exposición del ideal de ejemplaridad, que orienta y moviliza la acción del sujeto moral” (129).
Finalmente, abordará la “historia de la estética en sus dos grandes épocas pasadas: la cosmovisión y el subjetivismo romántico. Tras ello, vuelve al presente y cede la palabra a la preceptiva de la ejemplaridad, que da al arte la regla de crear formas de una autolimitación bella y gozosa” (224). Y concluirá con unas palabras que resumen verdaderamente la cuestión: “ahora cierra el libro y acuérdate de ser” (250)
José Carlos Martín de la Hoz
Javier Gomá Lanzón, Universal concreto, Método, ontología, pragmática y poética de la ejemplaridad, ediciones Taurus, Madrid 2023, 265 pp.