Hace unos días estuve en el colegio Peñacorada de León donde tuve la suerte de reunirme en diversos grupos de alumnos y alumnas; primero, con unos encantadores chicos y chicas de 10-12 años, después con un grupo de adolescentes y, finalmente, con los de bachillerato. Inmediatamente comí y tomé tranquilamente el café y charlé con un nutrido grupo de padres, de profesores de diversos cursos, personal administrativo y, por supuesto, los capellanes del mejor colegio de León.
Indudablemente, es siempre una extraordinaria experiencia detenerse a hablar con todos ellos y ellas, con anécdotas, acerca de los procesos de canonización en la Iglesia católica, es decir, cómo y por qué se comienzan y como se desarrollan hasta llegar a la convicción de las virtudes heroicas y a la comprobación de que Dios hace milagros a través de la intercesión de estos modelos de santidad, beatos y santos.
El resumen de esa jornada podría ser la petición que les hice a los diversos grupos con los que estuve de que hicieran la experiencia de pedirle algo a alguien ese día, antes de irse a dormir. Eso sí, primero hay que pedir fe para, luego, pedir con fe. Es preciso, comprobar que funciona, es decir, que Dios quiere que tengamos modelos e intercesores en el cielo y en la tierra.
Mientras regresaba de León en el AVE y hacía memoria de lo que había visto y oído, volví a convencerme de que la historia de un hombre es la historia de su oración personal, de su diálogo con Jesucristo. Lo más importante que aprenden esos jóvenes de Peñacorada en su colegio, lo que aprendemos todos en casa, de nuestra madre y familia es a rezar. La historia de un hombre es la historia de su oración, pues la oración de intimidad nos centra en la vida: nos pone en nuestro sitio y nos empista en camino al cielo y al cielo en la tierra que es la oración de complicidad.
Pablo d’Ors, uno de los mejores escritores en lengua castellana del momento, está editando la obra de uno de sus grandes maestros espirituales, eel místico jesuita Franz Jalics (1927-2021), un teólogo y escritor que ha dedicado toda su vida a la oración y a guiar a millones de personas en su oración de intimidad con Dios.
Resumiendo, Jalics nos dice: “conocer verdaderamente a Dios supone pasarse la vida buscándolo, no darse nunca por satisfecho” (46). Nuestra relación con Dios es de contemplación y de amor. Además, en el silencio y la paz de la liturgia se “tiende a expresar realidades invisibles por medio de elementos visibles” (49). Y volviendo a la oración añadirá: “El amor empieza con el deseo, mientras que su plenitud está en la comunicación lograda” (72). Y señala: “las relaciones humanas son el termómetro de la presencia de Dios” (73). Finalmente: “La revelación de Jesucristo es el anuncio de que Dios no es como nosotros lo sentimos, sino que Dios es amor. Jesús lo testimonia con su actitud vital de entregarnos su vida” (83).
José Carlos Martin de la Hoz
Franz Jalics, Encontrarse con Dios. Obra Completa, edición de Pablo d’Ors, ediciones Sígueme, Salamanca 2023, 155 pp.