En estos últimos he leído varios trabajos acerca de la España colonial en el siglo XVI y por diversas circunstancias y temas colaterales ha salido con frecuencia el mundo colonial inglés del siglo XIX, lleno de parámetros tan distintos a los españoles.
Vamos a hacer seguidamente la breve presentación de un interesante ensayo que acaba de aparecer coordinado por Cristina Fuentes Larroche buena conocedora de la biblioteca y del Museo Británico donde se conservan documentos, fotografías y textos muy variados justo del XIX inglés.
En la introducción al libro Cristina Fuentes describe este libro como un experimento: “Exploradores, soñadores y ladrones, es un libro en el que la imaginación y la investigación se encuentran” (9).
Efectivamente, a continuación, se presenta una completa descripción de los objetos que van a ser estudiados y que han sufrido ya una primera catalogación para situarlos por áreas geográficas y seguidamente una relación pormenorizada de los objetos.
Seguidamente los editores afirman: “se ha invitado a los autores de esta antología a usar su imaginación, su posición personal y su emoción para evocar a las personas y las relaciones que han permeado el Museo a través del tiempo” (18).
Es muy interesante la descripción de Belice, la Honduras británica, prácticamente aislada del mundo, donde los pocos turistas que llegan a la capital conviven con unos pocos naturales que les atienden y llevan los pocos negocios de la zona. El resto de la población vive en el campo y en el sosiego de aquellas selvas donde nunca pasa nada. Se trata de un país que vive alejado de la civilización en la práctica. La descripción de la ciudad maya de Lubaantum con sus pirámides intactas no dejan de asombrar a los foráneos pero los indígenas desaparecen para dedicarse a sus quehaceres (55). Las conclusiones de los arqueólogos es que en Lubaantum estaba la ciudad estado maya que controlaba la zona y que una vez destruida por los españoles perdió su fuerza e influjo (61).
Es interesante la descripción del famoso fotógrafo inglés Eugéne Robuchon, quien abandona Londres tras la lectura de Julio Verne para llegar a Montevideo donde vivía un familiar lejano. Efectivamente, realizó una larga travesía por diversos países de la américa española fotografiando a aquellos indígenas en sus ocupaciones habituales, conviviendo con ellos y padeciendo sus guerras internas y sus tiempos de paz (106).
Finalmente, nos parecido interesante la relación epistolar y los documentos con los que Gabriela Eiener novela la aparición de la famosa momia de Gachancipá de origen incierto (un hombre colombiano o peruano) que se conserva junto a otras momias de incalculable valor en el Museo Británico (124).
José Carlos Martín de la Hoz
Cristina Fuentes Larroche, Exploradores, soñadores y ladrones, Anagrama, Barcelona 2023, 159 pp