Hace unos años el entonces secretario del Dicasterio de la Doctrina de la fe, que luego sería nombrado cardenal Ángelo Amato comentaba en una entrevista con la prensa en Barcelona que el arrianismo (siglo IV, Alejandría) seguía vivo y activo en muchos lugares del mundo.
Deseamos volver a la cuestión para tratar del reciente libro del profesor Khaled Anatolios (1962), de la Universidad de “Notre Dame” en Indiana, Estados Unidos, sacerdote de la Iglesia greco-católica melquita quien forma parte del comité directivo del Coloquio de Boston de Teología Histórica y de la Junta de Gobierno de la Escuela Ortodoxa Griega de Teología “Holy Cross”.
Anatolios está considerado como uno de los grandes especialistas en la historia de la teología de los primeros siglos del cristianismo y es autor de abundantes trabajos, monografías y artículos sobre la materia.
En esta ocasión ha redactado un extenso y concienzudo trabajo sobre el Concilio de Nicea en perspectiva trinitaria e histórica; es definitiva, un magnífico manual acerca del arrianismo, cuestión acerca de la cual no deja ningún cabo son atar, ni ningún personaje por enmarcar, explicar y caracterizar, un tiempo que denomina “de la diplomacia teológica” (55).
Indudablemente, antes de seguir adelante, deseamos considerar que la Trinidad y la Unidad en Diosa, la naturaleza intra trinitaria, es un misterio al que nunca podremos acceder en toda su plenitud pues sencillamente nos sobrepasa llegar al fondo del pensamiento y del obrar de Dios y más sobre la vida íntima intra trinitaria (10).
En cualquier caso, no olvidemos que el misterio de la Trinidad está en todos los tratados clásicos de la teología católica y hasta en el derecho canónico, pues no olvidemos que San Agustín hablaba “de la identidad de las personas como la Trinidad entre sí en términos de amante, amado y amor “(35).
Asimismo, Anatolios irá recordando de una y otra manera que el misterio escapa completamente a la razón, pero no a la lógica de la coherencia del mensaje revelado. De esa manera el acercamiento del concilio de Nicea como el de Calcedonia a los misterios trinitarios y cristológicos son siempre más ricos de lo que logramos expresar con palabras (118).
La afirmación clave del presente trabajo la expresa nuestro autor así: “El concilio de Nicea hizo uso además el término homoousios (la de la misma sustancia) para designar la relación entre el Hijo y el Padre; no tanto como un intento de describir positivamente el ser divino cuanto como un pronunciamiento que descartaba cualquier sugerencia de que el Hijo hubiese sido creado de la nada” (49).
José Carlos Martín de la Hoz
Khaled Anatolios, Nicea en Perspectiva trinitaria. Desarrollos. Sentido. Legado, Ediciones Sígueme, Salamanca 2023, 457 pp.