El cardenal Gianfranco Ravasi (Merate, 1942), es uno de los exégetas más renombrados del mundo católico y es Prefecto emérito del Consejo Pontificio para la Cultura y de las Comisiones Pontificias para el Patrimonio Cultural de la Iglesia y de Arqueología Sagrada. Su peculiar estilo, como comprobará inmediatamente el lector, es una mezcla entre una gran erudición y una vasta cultura literaria e histórica que proporcionará amenidad a sus escritos junto con una extraordinaria calidad literaria.
Indudablemente, en esta obra predomina el lenguaje poético sobre el filosófico puesto que lo esencial es mostrar como el alma ha sido vislumbrada a lo largo de la historia, desde el ángulo de todas las manifestaciones del arte y de la cultura en las diversas civilizaciones y épocas históricas.
En la propia definición del animismo, por ejemplo, confluyen argumentos sociológicos, literarios, antropológicos, filosóficos y culturales: “una visión de la realidad impregnada de un principio vital único y unitario, capaz de sustentar no solo a todos los seres vivos, sino también a los inorgánicos, a los que llamamos en cambio inanimados” (51).
Con enorme desparpajo nuestro autor desciende a hablar claramente del espiritismo en nuestra cultura contemporánea con abundantes referencias a la literatura clásica y a los textos sagrados de diversos pueblos para concluir: “Levantar el velo del espiritismo podría de alguna manera, revelar una forma moderna y occidentalizada de chamamismo, que mezcla elementos mágicos y teorías religiosas de varias experiencias arcaicas y recientes” (86).
En el estudio del tratamiento del alma en las fuentes de la revelación: sagrada Escritura y Tradición entregadas al magisterio de la Iglesia y trasmitido hasta nuestros días con gran rigor y fidelidad está la clave de este documentadísimo trabajo. Efectivamente, en este concepto fundamental que es el alma, no podía ser de otra manera: “El Señor Dios insufló en las narices del hombre” (Gen 2, 1).
Es muy interesante cómo no ha captado la riqueza del maestro Eckhart y, sobre todo, el “fruto de la nada” que es la virtud de la humildad” (232). Tampoco lo vislumbró Spinoza quien creía que la única sustancia era la divina (290). En cualquier caso, al llegar a Hegel, logrará llevarnos al origen del problema desde entonces: “para Hegel el alma humana está disuelta en el alma divina” (294), o como diría Kant: “el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí” (306)
Entre las muchas cuestiones que aborda este trabajo está la cuestión del evolucionismo y la creación de Dios (306), el problema del creacionismo (307) y, sobre todo, la figura controvertida de Pierre Theilhard de Chardin, sobre todo debido al entusiasmo que le llevó a no respetar los límites entre el orden natural y el sobrenatural en el saber y el conocimiento (313)
José Carlos Martín de la Hoz
El cardenal Gianfranco Ravasi, Breve historia del alma. Desde las culturas primitivas hasta la sociedad actual, ediciones san Pablo, Madrid 2024, 465 pp.