En este tratado de teología bíblica, Xabier Pikaza (Orozko 1941), parte de la Sagrada Escritura para encontrar en ambos testamentos algunos criterios teológico-morales para orientar la vida económica de los cristianos de este siglo XXI. En primer lugar, señalará que el dinero no lo inventó el pueblo judío, sino que existía desde el principio entre aquellos que se dedicaban al mercado. Asimismo, nos dirá, que el dinero se utilizaba en el templo de Jerusalén y lo acuñaba la autoridad para asegurar su poder y cobrar los impuestos (25).
Inmediatamente, expondrá la visión del pueblo judío desde el ángulo de la historia de la economía, en el antiguo testamento. En cuanto llega a los profetas subrayará la importancia de confiar en Dios, de no poner el corazón en las riquezas y vivir la justicia (Dt 27, 1-9). Es muy interesante que establezca dos sistemas morales, uno entre el pueblo judío donde se habla de caridad y de evitar la usura y la esclavitud, otro, con los extranjeros, donde se admiten ambas cosas (Dt 15, 1-3). La disputa entre Caín y Abel la plantea nuestro autor interpretando los textos revelados como una guerra “económico-religiosa”. Indudablemente, la muerte redentora de Cristo restaurará también aquel orden perdido (109).
La segunda parte del trabajo, se centrará en el Nuevo Testamento y se articulará en cinco grandes tesis: la primera de ellas, sería el compromiso de Jesús como artesano que acentúa el canto del “Magnificat” de María: “Dios despide vacíos a los ricos” (135) y busca a los pobres y excluidos (157): una visión de compartir y de caridad (171).
Inmediatamente, establecerá nuestro autor el segundo punto: “El ciento por uno y la vida eterna” (Mc 10, 17-31). Enseguida nos dirá: “en ese contexto de comunión originaria podemos descubrir el aspecto más rico y exigente de la economía mesiánica, vinculada de manera estrecha a la solidaridad social y a la tierra común” (201). El desprendimiento del corazón para ponerlo en la entrega a Dios y a los demás es lo que hace la Iglesia (201). La tercera vía, está concentrada en las palabras de Jesús: “no podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mt 6, 24). La respuesta a esta disyuntiva la ofrece Jesús en el rico sermón de las bienaventuranzas (Mt 5, 3-12). La cuarta cuestión sería “la economía en parábolas” (320). La más importante de las parábolas es la que desarrolla Jesús cuando afirma “Id y decidle a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven y los cojos andan (...) y bienaventurado aquel que no se escandalice de mí” (Lc 7, 22 y ss). Que complementará con la parábola de los invitados a las bodas (Lc 14, 16-24), del administrador infiel (Lc 16, 1-13) y el rico Epulón y el pobre Lázaro (Lc 16, 14-31). Finalmente, la quinta conclusión sería que Jesús habría muerto por un motivo religioso, se habría hecho igual a Dios, pero en un contexto económico (373):
La tercera parte del trabajo, se concentrará en el estudio de las comunidades cristianas. Se referirá a la adaptación de la economía a los presupuestos evangélicos y a la visión desde el apocalipsis del mundo actual (433).
José Carlos Martín de la Hoz
Xabier Pikaza, Dios o el dinero, Economía y teología, ediciones Sal terrae, Santander 219, 590 pp.