El Estado y la secularización

 

Ediciones Trotta y el profesor Carlos Pérez Crespo de la Universidad Católica de Chile han tenido el acierto de publicar en castellano unos interesantes textos del profesor de Derecho Constitucional y Magistrado del alto tribunal Constitucional alemán Ernst-Wolfgang Böckenförde (1930-2019), quien habría asentado el concepto de la “secularización del Estado moderno”.

El trabajo queda enmarcado en el debate entre Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger en el 2004 en la Academia Católica de Baviera, cuando fueron citadas las conocidas tesis de Ernst-Wolfgang Böckenförde, acerca de la legitimación del Estado liberal de derecho: “la configuración del Estado moderno a través de un proceso intrínsecamente ligado a la secularización del poder religioso” (12).

Este asunto es de un gran interés, pues, como sabemos, el “Dictatus Papae” de Gregorio XI, en el siglo XII, continuado enseguida por Inocencio III y otros muchos pontífices habría logrado que el Estado dejara plena libertad a la Iglesia para nombrar los obispos, era la llamada guerra de las investiduras que habría llevado a la Iglesia a desembarazarse del poder civil. Es decir, actuar como si no existiera el Estado (15, 28).

Ahora, tras la segunda guerra mundial y con el famoso Estado del bienestar, se habría dado la vuelta y el Estado se habría desembarazado de la Iglesia para poder definirse a sí mismo, y lograr realizar un cuerpo legislativo con total autonomía de la religión, sin la vigilancia de la Iglesia, es decir como si no existiera. Por tanto, de una nueva lucha por las investiduras, pero al revés (16, 33). Como recuerda Ernst-Wolfgang Böckenförde: “El estado hobbesiano contiene la secularización” (40).

Es más, si al Estado secularizado se le suma la relegación de la Iglesia al ámbito de la conciencia, se termina por caer de nuevo en el nominalismo, en el juridicismo y en una visión antropológica del hombre cerrando la visión trascendente del hombre por lo que se le termina convirtiendo en esclavo de un Estado totalitario, susceptible a la libertad, arbitrario y materialista.  Bien es verdad, como afirma Carlos Pérez Crespo, que intentarán afirmar que el nuevo paradigma del Estado serían los derechos humanos (17), pero son cambiantes: “¿Podrían los ciudadanos no occidentales aceptar la cultura y el ethos secular del Estado liberal?” (18).

Asimismo, los editores han situado en este volumen una larga entrevista al profesor Ernst-Wolfgang Böckenförde para que hablara de su profesor Carl Schmitt (1888-1985) y sus graves errores respecto al nazismo (11).  Lógicamente, como “buen” discípulo de su maestro se limita a no opinar acerca de si Carl Schmitt favoreció o no la causa nazi, se dedica a resaltar que nunca hablarían del tema puesto que ambos conocían la opinión del otro. Eso sí recuerda que después de la Segunda guerra mundial y hasta el final de su vida se mantuvo relegado de toda actividad pública de interés.

José Carlos Martín de la Hoz

Ernst-Wolfgang Böckenförde. El surgimiento del estado como proceso de secularización, edición de Carlos Pérez Crespo, Trotta, Madrid 2024, 83 pp.

Comentarios

Imagen de enc

Nos encontramos ante un tema de gran interés y que depende de lo que entendamos por poder religioso. Si entendemos por poder religioso el Magisterio eclesial está claro que el Estado no está sujeto a él; si entendemos por poder religioso el hecho de que los ciudadanos actúen en conciencia, el Estado no puede desentenderse de lo que estos ciudadanos -pocos o muchos- opinen. Es, al final, una exigencia democrática.