Premio Adonáis de 2024

 

El pasado viernes 13 de diciembre, en el salón de actos de la Biblioteca Nacional, se dio a conocer al ganador del Premio Adonáis de Poesía para menores de treinta y cinco años, en su septuagésima octava edición. Se trata del premio de poesía más longevo de la literatura española y uno de los más importantes, puesto que, entre los ganadores, figuran algunos de los más valiosos poetas en lengua española desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.

El jurado, presidido por el poeta sevillano Carmelo Guillén Acosta, actual director de la colección Adonáis, lo forman Eloy Sánchez Rosillo, Julio Martínez Mesanza, Aurora Luque, Amalia Bautista y Enrique García-Máiquez, todos ellos reconocidos escritores.

El marco es sin duda idóneo. Además, el fallo va precedido de unos momentos de gran intensidad emocional. Tras las palabras de bienvenida del director de la Biblioteca Nacional, intervino Juan Carlos Mestre, ganador del Adonáis en 1985, con una sentida defensa de la poesía y de las humanidades.

Este año, había doce finalistas, todos presentes en la sala. Cada uno leyó un poema de la obra presentada y recibió un diploma, en el que se atestigua que ha sido finalista del preciado galardón. Una mala poesía bien leída, mejora; y una buena poesía mal leída, empeora, esto se notó en la intervención de los finalistas, bastante desigual.

A continuación, Carmelo Guillén leyó el acta del jurado, con pausa que aumentaba la tensión en el salón de actos, para dar a conocer a los ganadores de los dos accésits, Marcos Nogales (Móstoles, 1994), por Salto de fe, y María Fernández Abril (Mieres, 1992), por Cuentos tradicionales, que leyeron sendos poemas. Y finalmente, el nombre del ganador: Juan Herrero (Valladolid, 1993), por Cartografía de nadie, que leyó con muy buena prosodia otro poema, y recibió la estatuilla del escultor Javier Viver.

Parientes, amigos de los finalistas y de los ganadores y amantes de la poesía, que llenaban la sala, festejaron con su alegría y sus aplausos esa jornada inolvidable. Ahora toca esperar a que se editen los tres poemarios premiados para valorarlos. La poesía sigue viva.

Luis Ramoneda